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EL BULEVAR DE LA VIDA

Un ingrato agravio a Baní o el valor de saber decir ¡Gracias!

“NI UNA CARTA NI UN BESO NI UN ATARDECECER” Como lo canta Amaury Pérez, así ocurrió. Ni una carta ni un e-mail, ni un tuit y ni siquiera un guasá. Nada. Resulta que, en uno de sus tantos gestos de solidaridad hacia la provincia Peravia, desde hace años en las aulas del Centro Perelló, de Baní, se impartía el Plan de Inglés por Inmersión Total (PIIT) que ya llegaron a completar más de 800 estudiantes universitarios. El Estado dominicano sólo se ocupaba de que los estudiantes asistieran las clases en el Centro y, lógicamente, pagar los profesores. Todo lo demás, durante todos estos años ha corrió por cuenta y fondos del Centro, desde aulas a energía eléctrica, cafetería, confort, y el mejor ambiente académico al que un joven pueda aspirar para estudiar el english. Todo marchaba bien, pero como el diablo nunca duerme, de repente ocurrió y de la peor manera posible, o sea, sin una carta ni un e-mail, ni un tuit y ni siquiera un guasá, ya dije. El Estado suspendió las clases en el centro, y los ejecutivos del mismo se enteraron porque preguntaron. ¡Aunque Usted no lo crea! A estos excesos se puede llegar y se está llegando. Ni información y ni siquiera el merecido agradecimiento (que jamás el Centro ha reclamado a nadie) por el aporte y la ayuda, oiga Usted, joder, que la buena educación tiene sus mandamientos.

¿DE SALONES GRATIS A LOCALES ALQUILADOS? Puestos a la labor de investigar lo ocurrido, nos enteramos que el Estado suspendió el Plan (PIIT), para trasladarlo a la extensión de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en Baní; pero resulta que la extensión NO posee locales propios, por lo que hubo de salir por el pueblo a alquilar los locales disponibles, vaya Ud. a saber propiedad de quién o quiénes. (Una parte de los jóvenes toman las clases en aulas prestadas por el liceo). Por todas estas cosas y por muchas otras es que uno insiste en decir que “estamos locos, Lucas”, alocados, y ahora también mal-educados y peor- agradecidos. Cuanto antes, las autoridades competentes -y también las incompetentes- tienen el deber y la obligación moral de presentar formales excusas al Centro Perelló por el innecesario desplante, pero también excusas a los jóvenes a los que han quitado la oportunidad de estudiar en las acogedoras y silenciosas aulas del centro, que para eso fueron construidas por la familia Perelló Abreu, o sea, los hijos de don Masú Perelló, para que entre banilejos nos vayamos entendiendo. Al Centro se le deben unas excusas, y al país una explicación de por qué se trasladó el Plan desde unas excelentes instalaciones GRATUITAS, a unos locales alquilados, esparcidos por el pueblo de Baní, y propiedad Dios o la María Magdalena sabrán de quién, que uno es pendejo con Club y todo pero sin excesos.

UNA PATRIA EN PLAN CAMBALACHE. No va uno a caer aquí en la tentación de citar una vez más a Cambalache, de Discépolo, porque “¡Todo es igual, nada es mejor/ no pienses más, sentate a un la’o/ que a nadie importa si naciste honra’o!”, o los versos de Gabriel Celaya, porque “nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo”, no lo haré, pero aclaro que lo nuestro no es pesimismo derrotista, sino optimismo bien informado. Cuando uno pierde la capacidad de sorprenderse es que está cerca la posibilidad de una desagradable sorpresa. Entonces, como dice don Espronceda de la Serrat: “¡Avive el seso y despierte, Padre, que están matando la tierra./ Deje ya de llorar/ Padre/ que nos han declarado la guerra!”. Muchas gracias por leerme. A sus ordenes. Gracias. Con su permiso. Muchas gracias.

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