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OTEANDO

Una jornada por el entendimiento

El último artículo que escribí donde mencioné los sindicatos fue a propósito de la huelga que tenía planificada FENATRADO, la cual fue pospuesta para dar un compás de espera hasta tanto una mesa conciliatoria arribe a un acuerdo activado a partir de una pretensión común (del gobierno y FENATRADO) de hacer camino hacia un reenfoque de muchas cuestiones atinentes al transporte de carga y el transporte en sentido general.

Seguido surgieron voces quejosas de los secretarios generales de otras formaciones sindicales que reclamaban su derecho a ser tomados en cuenta en las aludidas conversaciones. Unos lo hicieron de forma civilizada, pero otros, llegaron al colmo de apelar al tradicional chantaje de movilizarse e incluso sembrar el clásico terror en función del cual han obtenido tradicionalmente todas las prebendas que les permiten a algunos capos del transporte consumir cara champaña en sus fiestas privadas nocturnas, y en el día, aparecer en ruedas de prensa, frente a las cámaras de televisión, envueltos en trapos con una retórica proletaria que odian desde lo más profundo de su ser, pero como les rinde pingües beneficios, se pasan la vida rumiándola hasta el hartazgo de toda la población.

Todos queremos gasolina más barata, pero ya lo acaba de decir el ministro de Hacienda: “...Queremos un país del primer mundo pagando lo que paga un país del tercer mundo. Educación y salud de calidad cuestan...”. A la mayoría de los dominicanos nos encanta opinar superficialmente, sin investigar y sin formarnos para construir un acervo que facilite un análisis crítico de los problemas nacionales y sus posibles causas y soluciones.

Nadie quiere aprender del Estado. El propio Presidente en la última entrevista concedida a Jatnna Tavárez, sugería a su pueblo aumentar su cultura en el manejo del Estado, pero nadie le hace caso, solo nos mantenemos al acecho, a la caza de oportunidades para intentar presionar políticamente en aras de nuestros intereses particulares.

¿Por qué el Presidente quiere que su pueblo construya una cultura sobre el desempeño de un Estado? Porque eso permitirá a los ciudadanos entender, por ejemplo, que uno de los problemas más acuciantes que viven los países de América Latina y el Caribe es el de la calidad del gasto, y que en nuestro país esa calidad del gasto va evolucionando positivamente, pero el gobierno debe contar con la comprensión y la confianza de su pueblo para hacer una adecuada gestión del mismo.

Está claro que vivimos en un país con una presión tributaria ínfima en relación con los del primer mundo y eso coloca al gobierno en una situación de diligencia que le impide desgravar y eliminar cargas. Y si bien no aumenta la presión tributaria, debe mantenerse asido a lo que ya tiene seguro; y no solo eso, sino también hacer con lo que obtiene una adecuada gestión del gasto, que demanda bastas combinaciones para poder asegurar la inversión social que nos permitirá salir a futuro del atraso.

En estos días escuché a Luis Reyes, director general de Presupuesto, exponer, como el erudito que es, las cuestiones más relevantes sobre la gestión del gasto público en nuestro país, y de verdad, me propuse sugerir públicamente a mi amigo presidente Danilo Medina, que lancemos a los medios a los que conocen este tema y pueden tratarlo con la desenvuelta autoridad que lo hace Luis, para que nuestro pueblo entienda, no solo que está en manos de un equipo que conoce lo que hace, sino que lo hace con probidad extrema y de la manera más atinada y productiva. Podemos hacer una campaña de concienciación que incluya un circuito de conferencias orientadas hacia los gremios, las universidades, organismos de base de la sociedad, enviando a cada sector la persona que hable su lenguaje y pueda explicar estas cuestiones. Cuente con mi concurso señor Presidente.

El autor es abogado y politólogo

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