Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

ORLANDO DICE

Cuentos de camino

UNO-LA GENTE SE ENCOGE.- Más de una encuesta registra una situación que se hace cuesta arriba aceptar, resulta inexplicable, pero se corresponde con la realidad: una gran parte de la población se recoge y se mantiene fuera de los partidos. Hace unos meses se habló con exageración de un 58 % y ahora de un 33 %, números altos y que no se compadecen con lo que proclama cada sector, partido o candidato. La verdad es que la calle confirma ese estado de ánimo, pues aunque los políticos se mueven por aquí y por allá, el fervor no se siente y la adhesión recela por escasa. Se habla de firmas y se muestran los operativos, pero es truco de propaganda que no se valida con percepción. Se da cuenta de visitas, pero a dirigentes conocidos y en circunscripciones trabajadas antes y no ahora. Se fundan partidos, pero no con gente nueva, sino con habituales sospechosos. Los tránsfugas que la Ley de Partidos se propone penalizar y que no aumentan el universo de los políticamente comprometidos. La política de este tiempo pierde y no se entera. Ni siquiera reproduce el fenómeno de los independientes o de los que nunca habían pertenecido a partido alguno. Ya ni los cuentos de camino...

DOS- EL JONR”N DE CHILOTE.- Tal vez sea muy pronto y la gente no responde como debiera a la campaña adelantada de los candidatos virtuales o potenciales de los partidos. No puede hablarse de manía con ninguno de los que se lanzaron al ruedo, por lo que hay espacios y simpatías vírgenes que podrían desflorarse. No es el viejo dicho de que “ no van lejos los de alanteÖ”, sino de situaciones que no se explotan adecuadamente. Que tampoco se considere carisma, pues no puede ser un elemento decisivo si el escenario lo dominan figuras del pasado, aunque sea reciente. El discurso va por un lado y los gestos por otro, como una película extranjera mal subtitulada. Si Leonel Fernández se promueve con los gobiernos del PLD, incluyendo la gestión de Danilo Medina, no propone paso a algo distinto, sino repaso de lo mismo. Una mezcla del Metro, obra suya, con el Teleférico, de la actual gestión. Hipólito Mejía quiso encarnar transición, pero una mala edición dañó su presentación, y se hará difícil retomar ese momento fallido. Luis Abinader se complace con sus encuestas, como Narciso viéndose en el agua del afluente, sin darse cuenta de que el suyo será un segundo turno y que no tiene sentido pararse en home y solo batear fouls, aun cuando vayan a las gradas altas. El jonrón de Chilote, al parecer...

TRES- EL MEJOR MÉTODO.- Las encuestas registran, la realidad confirma, y los partidos, los políticos, sobre todo los candidatos, debieran preocuparse. Con la campaña habrá más adhesión e igual más fervor, pero por ahora no es más que una apreciación o un pensar en experiencias anteriores. Ni impresión y menos percepción. Algo deberá de hacerse para levantar el ánimo del electorado, pues si displicencia ahora, también podría ser el talante al momento de la votación. Los cientistas sociales llevan años advirtiendo una reacción de brazos caídos en términos electorales, un distanciamiento profundo de los partidos, un resquebrajamiento del sistema. Hasta ahora cada circunstancia los deja en ridículo, y a cada consulta la gente acude, lo hace masivamente y la abstención no supera el promedio. Sin embargo, todo - enseña la experiencia - es hasta un día, como se comprueba ahora con muchas situaciones que eran ajenas a las reglas y que de golpe pone todo al garete. También la política podría - llegado el momento -- proclamar un “ yo también ”, con o sin etiqueta, pues en ocasiones hasta lo espontaneo se rebela. Como anda el mundo, y a pesar de los cuestionamientos, la fuente más confiable en política es la encuesta. Consulta la gente, recoge su parecer, y aunque confusa, libra de la doble cara de los intereses...

CUATRO- REMEDIO CON PRIMARIAS.- Levantar el ánimo del electorado es un imperativo si la situación es como se siente en la calle y se proyecta en las encuestas. Y no puede ser la ocasional campaña de publicidad de la Junta Central Electoral cuando se acerquen las votaciones, sino una gestión propia de los partidos. Y que no solo mande a sufragar por sus candidatos, sino que oriente sobre la necesidad de ejercer el derecho de elegir. Una manera inédita, pero que podría ser efectiva, lo constituirían las primarias abiertas, un escrutinio hacia afuera en que sea la base de los partidos y la simpatía que se origine afuera la que decida los candidatos y conforme la boleta. No hay dudas de que el ciudadano que se moleste en participar en el proceso interno de un partido, y que por demás se considere determinante en su oferta, votará en los comicios nacionales. El compromiso en principio se convertirá en compromiso final. ¿ Cómo querer un sector externo para un resultado y no ese mismo sector externo para otro ? Solo la democracia puede salvar la democracia, y una democracia aburrida, que no provoca más que bostezo, corre peligro en estos tiempos de populismo avieso y artero. El desánimo es el peor de los consejeros...

Tags relacionados