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Salud, atención primaria e iglesias

Sólo la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Santo Domingo gestiona 150 centros de atención primaria en el país.

Según cuentas de Sor Trinidad Ayala Adames, su directora, poseen 17 centros en las diferentes diócesis nacionales. ¿Sus resultados para el 2017? Brindar servicios a 3 millones 500 mil pacientes. Una cifra respetable: 250 mil pacientes atendidos al mes; 8,219 cada día.

Ante resultado como ese, es natural que la Directora de la Pastoral de la Salud pregone la victoria del servicio de los religiosos a favor de la salud de los más pobres: “Esta es la red más grande del país a nivel de lo que es la salud preventiva”.

Y he ahí el punto: salud preventiva en el entorno de la atención primaria.

Se trata de un entronque problematizado en torno al cual la Ley 87-01 que crea el Sistema Dominicano de la Seguridad Social (SDSS) no ha podido concretarse en beneficios. Pese a que todos los actores que inciden en el Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS) que dicen estar de acuerdo con implementar esta modalidad tipificada como “puerta de entrada al sistema”, nada ocurre. Es, así, un ámbito por poblar con iniciativas y soluciones. Un territorio por construir en el cual el Ministerio de Salud Pública está ante el reto de sembrarlo y cultivarlo para cosechar los objetivos esperados. La atención oficial ha estado enfrascada en satisfacer deudas sociales mediante la política de construcción y remodelación de hospitales llevadas a cabo desde la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE). La ministra anterior pregonó que “Salud es más que hospitales”. En consecuencia, la realidad deja al Ministerio sin las estructuras necesarias para desarrollar políticas comunitarias de prevención o para llegar hasta los más pobres para suplirles los servicios de salud que a su favor consagran la Constitución y la Ley General de Salud.

La “puerta de entrada” al SDSS, la atención primaria, tiene la posibilidad de llevar la salud más allá de la prevención epidemiológica, a un nuevo nivel y desde el corazón de las comunidades. Para sembrar la promoción de la salud y dejar instalados los médicos de familia. Cercanías urgentes y necesarias de una institución a la que se reconoce haber normalizado, institucionalizado y fortalecido la salubridad pública.

El impacto de los centros de atención primaria sobre la salud preventiva está más que estudiado. Se les considera factor determinante en la estructura de servicios de salud. En especial en entornos donde los determinantes de la salud se imbrican sensiblemente a indicadores socioeconómicos que ilustran los bordes ríspidos de la marginalidad y la pobreza. Donde la cultura se ata a paradigmas acientíficos, de corte mágico y pseudo religiosos.

En este entorno opera la iniciativa católica de la Pastoral de la Salud.

El tiempo problematizado para la puesta en marcha de la prevención y la promoción de la salud desde los centros de atención primaria no es exclusivo del país. Por doquier se reportan significativos obstáculos para implementarla. Su estado de situación en España en el 2011 lo expuso la doctora Dulce Ramírez Puerta, coordinadora del Grupo de Actividades Preventivas de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). Según ella, “hasta hace no demasiados años la actividad fundamental del médico se centraba en la atención curativa o reparadora del individuo enfermo. Sin embargo, hoy en día, y sobre todo gracias a los nuevos conceptos y desarrollo de la Atención Primaria (AP), se está avanzando en el campo de la medicina preventiva, permitiendo progresar en la implantación de actividades preventivas y de promoción de la salud. Sin embargo, todavía existen grandes obstáculos para el desarrollo de la medicina preventiva en la Atención Primaria, entre ellos, la propia estructura asistencial y organizativa del actual modelo, que muchas veces actúa como un freno ante la implantación de nuevas actividades de prevención. Esto se debe a que está basado en unas estructuras centralizadas, con carteras de servicios de área, que muchas veces vienen determinadas desde la Administración autonómica (Martín Zurro, 2006), y donde muchas de las actividades preventivas se confunden con consejos no claramente definidos, que se concluyen con la cumplimentación de una casilla en el programa informático”.

La importancia que adquiere la prevención desde las unidades de atención primaria bordea niveles de especialidad entroncados a la genética. Dados los predisponentes hereditarios y los discernibles desde la información proveniente del Genoma Humano y el medio ambiente, se le reconocen fortalezas para constituirse en espacio propicio donde se pueda llevar a cabo el más soñado de los retos de la atención médica de hoy: la denominada medicina personalizada de precisión (MPP).

El instigador de la idea es el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH). Según los doctores R. Bugarín-González y A. Carracedo, en el editorial titulado “Medicina personalizada en atención primaria”, publicado en el volumen 44, número 1 (enero-febrero, 2018) de la revista SEMERGEN, “Esta MPP facilita que el tratamiento de algunos tumores, como el de mama, y algunos tipos de leucemia puedan ser tratados de una forma más selectiva, efectiva y segura. El abaratamiento que aporta la economía de escalas y los avances en las tecnologías de la información y comunicación (big data), vaticinan que estamos solo ante el inicio de un gran cambio al que la medicina de familia, y su ámbito natural como es la atención primaria, no es ajena”.

Los autores añaden que para el NIH, la MPP es “un enfoque emergente sobre la prevención y el tratamiento de las enfermedades que considera la variabilidad individual determinada por el medio ambiente, los estilos de vida y los genes de cada persona”.

La prevención de la salud desde los centros de atención primaria se revela como fascinante esperanza, aportando un marco de real importancia para motivar el avance hacia su puesta en marcha nacional.

Por lo logrado, se debe reconocer a Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Santo Domingo.

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