Santo Domingo 21°C/21°C clear sky

Suscribete

PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Formas de gobierno

(2)

Las formas de gobierno varían de acuerdo al contexto histórico en que se hayan formado los países y pueden clasificarse en razón de las relaciones de poder entre los principales actores y órganos del Estado. De ahí que se clasifiquen en gobiernos parlamentarios clásicos y parlamentarios racionalizados, gobiernos parlamentarios con Primer Ministro elegido por el pueblo, gobiernos presidenciales, semipresidenciales y directoriales.

Un ejemplo de Gobierno Parlamentario con Primer Ministro elegido por el pueblo es Israel, que mantuvo un gobierno parlamentario de tipo clásico, hasta el 1992, cuando adoptó una reforma constitucional, que organizó su asamblea representativa (Knéset) y un sistema electoral proporcional. El Primer Ministro es elegido por los electores el mismo día de las elecciones parlamentarias. En caso de que este dimita o sea condenado por delitos que conlleven penas que le impidan ejercer cargos públicos, se deberá organizar elecciones especiales. A este modelo se ha denominado “gobierno neoparlamentario”.

La forma de gobierno presidencial adoptada por Estados Unidos, con la Carta Magna de 1787, es el primer ejemplo de república federal presidencialista. Los constituyentes buscaron garantizar independencia entre los tres poderes, apoyados en los controles y contrapesos que se han denominado como “checks and balances”. Se estableció un modelo de organización territorial federal, para que, con la existencia de pequeños estados, se mantuviera la unidad y diversidad que caracterizó a las excolonias. El Presidente de la República es elegido por sufragio universal, no está ligado ni subordinado al legislativo, ni tiene poder de disolver el parlamento. Su período de gobierno es de cuatro años, con posibilidad de reelección presidencial en una sola ocasión. El legislativo no puede hacer dimitir al Presidente, pero si puede acusarlo de forma judicial, a través de la figura del “impeachment”. El Presidente no tiene iniciativa legislativa, sino que solo influye con su poder de veto. Aunque pareciera todo lo contrario, el Presidente tiene poco poder político, ya que la dirección política debe estar acompañada del apoyo del Congreso.

El sistema constitucional norteamericano ha influido en los países de América Latina, Asia y África. Sin embargo, en estos lugares estas formas de gobierno han sufrido una transformación, dando origen a un régimen degenerativo del presidencialista, con ciertos desequilibrios en favor del poder ejecutivo.

En América Latina y el Caribe hubo notables caudillos, pero con el paso del tiempo, se pudo establecer estados democráticos, caracterizados por el pluripartidismo, elecciones libres y la tutela de los derechos y libertades ciudadanas, consignadas en sus textos constitucionales. En la mayoría de estos países, el único mecanismo de control ejercido por el Parlamento o Congreso sobre el Presidente es el Juicio Político. Existen pocos sistemas de control y contrapesos, por lo que el Presidente logra establecer una estrecha relación con el electorado, que le permite ejercer mayor poder político y un desequilibrio entre los poderes.

Estas formas de gobiernos tradicionales han cambiado, con el nacimiento de una nueva figura en las constituciones contemporáneas. Tal es el caso de los tribunales constitucionales, surgidos de la idea de Kelsen con el fin de crear un control concentrado que complemente el control difuso ejercido por los tribunales ordinarios y las cortes supremas de justicia de algunos países, para garantizar la supremacía constitucional sobre las demás leyes adjetivas.

Otra concepción de forma de gobierno es la semipresidencial, que fue difundida en Francia por Duverger y en esta concurren dos elementos: por una parte, el Parlamento y por otra el Ejecutivo, a su vez conformada por la unión del jefe de Estado y del Primer Ministro, quienes tenían responsabilidad política ante el Parlamento. Esta forma de gobierno es el resultado de la transformación del parlamentarismo dualista, con la variante de que en este sistema, el jefe de Estado tiene un carácter representativo y es elegido por el voto directo de los electores. Este modelo de gobierno existe en países como Islandia, Irlanda, Austria y Finlandia. Estas formas pueden variar, de acuerdo a la figura que posea mayor preminencia, ya sea el Primer Ministro o el Presidente.

Si tiene mayor preeminencia el Presidente, se observará una reducción de los poderes del Parlamento, siendo el gobierno quien asume el papel directivo del legislativo, por lo que se potencializan los poderes normativos del Gobierno. En caso de prevalencia del Primer Ministro, los presidentes son elegidos por el pueblo, pero se evita que estos se conviertan en líderes políticos, como en el caso de Austria. Su constitución de 1929, influenciada por la Constitución de Weimar, estableció que el Primer Ministro debía ser el líder político de la nación, por lo que aunque los presidentes son figuras de mucho prestigio, no poseen notoriedad en las competencias políticas, por encontrarse distantes de los partidos.

La forma de gobierno directorial se caracteriza por la conformación de un cuerpo colegial no elegido directamente por el pueblo, sino por el Parlamento. El único modelo existente en la actualidad es Suiza, donde existe una Asamblea bicameral formada de un Consejo Nacional y un Consejo de Estados. Estos dos órganos eligen al Consejo Federal, que encabeza el Gobierno, y posee la más alta autoridad ejecutiva y de dirección, además de poseer iniciativa legislativa. Una vez elegido este Consejo Federal, la asamblea no puede ni censurarlo y disolverlo. Este sistema de gobierno ha sido poco reproducido en otros países, teniendo como único ejemplo el caso de Uruguay en los años 1918 y 1952, en que se conformaron gobiernos colegiales que perduraron hasta la Reforma Constitucional de 1967, en la que se organizó una forma de gobierno presidencialista.

Como se puede observar, existen distintos modelos de gobierno, cuyas características comunes es que sus actores, directa o indirectamente son elegidos por el voto popular. Esta tendencia, que se acentúa cada vez más, procura darle el poder al soberano: el pueblo.

Tags relacionados