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El modelo económico posible

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DARIS JAVIER CUEVASSanto Domingo

En la teoría de los ciclos económicos se identifican los fundamentos de los modelos que explican la dinámica del desempeño macroeconómico de un país determinado, esto así ya que explican los grandes movimientos de la producción, los cuales se inscriben en la tradición del equilibrio del ciclo económico real. Es aquí donde de manera frecuente está la interrogante de que si ¿las fluctuaciones de la producción son transitorias o permanentes?

Bajo este enfoque es que aparece la construcción del modelo de equilibrio de expectativas racionales, esto es que los agentes económicos desconocen el futuro con certeza y esto obliga a basar sus planes y decisiones en pronósticos sobre el futuro. Por igual, este modelo es persistente en aferrarse en un esquema de equilibrio racional acerca de las principales variables económicas, en el cual la politica monetaria es fundamental.

En ese contexto es que se tiene la certeza de que en cada etapa del desarrollo del modelo económico es prioritario concentrarse en el vínculo indisoluble entre las expectativas y los efectos de la politica monetaria. Por tales razones, en la teoría económica se encuentra una explicación a la existencia de un modelo económico posible, no perfecto, explicado por las fluctuaciones y perturbaciones que permanentemente enfrenta una economía.

Si se aplican estos criterios para interpretar de una manera objetiva el modelo de desarrollo económico dominicano, es necesario recurrir al marco histórico como referencia para poder realizar comparaciones entre varias etapas que han caracterizado la dinámica de la actividad económica. En efecto, en las últimas tres décadas, en particular los últimos 20 años, la economía dominicana ha sido una de las de más alto crecimiento en la región de Latinoamérica, con un crecimiento promedio del PIB en torno al 5,4% anual entre 1997-2016, pero con signos de pobreza muy elevados fruto de que esta registró una expansión de alrededor de un 50% en el 2004.

Las transformaciones más significativas de la historia económica contemporánea de la República Dominicana se iniciaron en 1997 con la aplicación de las reformas estructurales de inicio de los noventas que estuvieron inconclusas. A partir de entonces, el país inició una ruta irreversible que ha transformado su base económica y ha diversificado los diferentes sectores económicos, así como un pronunciable clima de negocios capaz de triplicar el flujo de inversiones extranjeras que han colocado sus capitales en esta nación, facilitando el comercio internacional y fomento al crecimiento de las exportaciones.

De acuerdo a las ponderaciones de los indicadores del Doing Business, vinculado al grupo del Banco Mundial, República Dominicana desde el año 2006, cuando fue capaz de superar la crisis del 2003, está entre los países que más reformas implementaron en Latinoamérica. Tal realidad es lo que explica en una alta proporción que en el pais se esté haciendo más fácil para los empresarios locales el hacer negocios reduciendo el número de trámites necesarios para importar y exportar.

Una retrospectiva hacia 1990, cuando se firmó un acuerdo con el FMI y se compromete a realizar una serie de cambios estructurales que precedieron una aceleración en el ritmo de crecimiento permite entender mejor el curso de la economía. Los cambios introducidos fueron de corte neoliberal en el que, tanto en el sector fiscal y financiero, se acentuaron ciertas condiciones en la economía dominicana, entre estos: las diferencias entre los sectores productivos a nivel nacional y en términos regionales, la urbanización de la población dominicana, la apertura de la económica y el crecimiento de la desigualdad a nivel nacional y donde los indicadores sociales eran aun desalentadores previo a los avances que empezaban a evidenciarse en los mismos.

Es importante destacar que un modelo económico es decidido por el Estado, y procura asegurar la mejor relación posible entre las empresas y la economía doméstica, cuyas aplicaciones corresponden al ámbito de la economía política. Es en este marco que en política económica existen modelos, que se ocupan de las relaciones entre las medidas legales, políticas y sociales que formulan los estados para conducir e influir sobre la actividad económica.

En los últimos años se han hecho planteamientos acerca del modelo económico dominicano, en el cual se sugiere cambios sin enfocarse hacia un dinamismo que impulse el empleo y las mejoras salariales en general, sin eliminar beneficios, priorizar el crecimiento del PIB y promover una reforma fiscal integral seria. Tampoco se sugiere ir reduciendo sustancialmente las exenciones y reorientar el sistema tributario hacia una tributación progresiva capaz de promover la modernización del sector productivo sobre la base de la innovación tecnológica y la competitividad ya que predomina un modelo económico en transición posible, no perfecto, que no ha logrado marcar la distancia significativa con el modelo de sustitución de importaciones y las reformas de los 90s.

El autor es economista

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