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VIENTO SUR

Libertad para Omega “El Fuerte”

Enemigo de las injusticias, vuelvo a pedir al juez de la Ejecución de la Pena de Santo Domingo que ordene la libertad condicional del recluso Antonio Peter de la Rosa, el famoso artista Omega, El Fuerte, un verdadero exponente de la música popular al más alto nivel, que en lugar de estar en una cárcel, debía estar animando escenarios.

Pero este es un país de ingratos: quienes más provecho político, económico y mediático le han sacado a Omega, lo desamparan en la desgracia.

Yo, en cambio, no soy su amigo y mucho menos su socio en negocios como no lo soy con nadie, pero sí un gran admirador de su talento inigualable, de su origen humilde, de su sexapeal, de su contagio musical, y por eso digo que está preso por ser un agresor verbal (no se si físico) de una mujer a la que no invalidó ni mató.

Tiene ya años preso porque los tribunales de “Justicia” que castigan a este artista y liberan a connotados asesinos, ladrones de fondos públicos a los que ahora llaman generosamente “corruptos”, quisieron dar un “ejemplo” con ese moreno de Herrera.

El mismo Omega tiene argumentos mejores que los míos, los ha expresado, pero nadie le hace caso para disponer su libertad:

“¿Por qué si algunos funcionarios y algunos personajes adinerados y de la política tuvieron casos de violencia de género y los procesaron en el mismo tribunal donde a mí me procesaron… por qué ellos no duraron cinco horas en prisión cuando hay prueba de que ellos golpearon a sus mujeres. Con lo mío no hay nada y sin embargo, yo estoy aquí aquí (en la cárcel) por cinco años?”.

Eso dijo en febrero de 2018 cuando fue devuelto a la prisión no deseada.

Y es la pura verdad. Esta es una justicia que encarcela a los artistas populares, a los que comparten con su pueblo, mientras se hace la loca frente a verdaderos criminales, asesinos, a los que luego convierte en funcionarios, embajadores, empresarios de éxito, banqueros, sin pasar por un juicio real.

Desconozco, pero dudo mucho, que su expareja Sahira Valerio, tenga el temor de que Omega pueda volver a agredirla.

Omega en la cárcel –si no representa una amenaza para la vida de la dama- es un exceso muy exclusivo que un país con todos los problemas que tiene, no debía prolongar.

El juez de la Ejecución de la Pena debe ordenar la libertad de Omega, ceremoniarlo, dejarlo que alegre a este país sacudido por tantas tempestades y artistas malos, para que en este fin de año todos bailemos su mambo.

Espero que lo hagan aunque sea por mi simple pedido, no por los políticos, empresarios, propietarios de medios y otros, que tanto provecho le han sacado a su talento, pero se hacen indiferentes a su infortunio.

Tal vez yo esté equivocado porque muy probablemente yo soy el principal beneficiario del talento de Omega porque he bailado sus mambos –pagando la entrada a las fiestas- y valoro mucho su calidad artística. Quienes de él se han aprovechado para sacar réditos, encuentran otros y el entierro sigue.

Necesitamos a Omega animando el corazón de los dominicanos, respetando a todas las mujeres, pero en libertad, no en una cárcel para dar un “ejemplo” que debían estar dando verdaderos asesinos que nunca han purgado prisión por sus crímenes.

¡Libertad para Omega, un verdadero exponente de la música de multitudes, que sus competidores nunca podrán igualar!

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