Hipólito Mejía no cabe en el PRM

Hace unos días Hipólito Mejía lanzó sus aspiraciones en un ambiente campestre, pero con un discurso que le quedaba grande. Esa parrafada diseñada para un político moderno desafinaba en su voz. Todos sabemos que él es un hombre de frases cortas y contenido superficial.

El Hipólito que tiene pegada entre las masas es el político chabacano y repentista. Ese aspirante presidencial no lucía auténtico, además de que estaba metido en un terreno desconocido para él que lo llevaban a confundirse en los términos del lenguaje financiero.

El gurabense busca por quinta vez la banda presidencial y aunque sabe que su guagua ya partió sigue presentándose porque esto reditúa. Sabe muy bien estar en la primera fila de la política porque es un pingue de mucho calado.

Siempre digo que Hipólito es un ser especial. Con un carisma que no ha aprovechado en toda su amplitud porque su desenfado le amarra los pies.

A mi juicio, en los últimos meses ha ganado más espacio en el PRM. En el trayecto hacia la Ley de Partidos provocando que Luis Abinader luciera como un político sin dirección y ambivalente. Hipólito sacó una imaginaria moneda de oro y sustrajo a los diputados del partido y el pasado aspirante presidencial temió quedarse más solo que la una, como le pasó a Miguel Vargas Maldonado con su bancada en las pasadas elecciones. Desde lejos Danilo Medina usaba su ganzúa maravillosa que abre todo tipo de puertas; porque hay que decirlo, el presidente sabe usar el rodillo para aplastar y también una dorada llave maestra para seducir. Y tiene a Hipólito en una especie de San Pedro.

La presentación en escena de Mejía tiene un valor en peso y divisa. Por un lado, arrincona a Luis y presenta la posibilidad de ser el candidato danilista contra Leonel Fernández y también asegura su bienestar personal.

Su principal papel en este trayecto es ser, y ya lo dijo, el descrédito de Leonel. A la primera de cambio arremete contra el morado aspirante presidencial. Solo es cuestión de tiempo. En la turbamulta de los escribidores de política se especula con la proximidad entre Vargas Maldonado y Mejía, pero es que están bajo la misma sombrilla danilista. Ese proteccionismo los anula como políticos de la oposición. En su primer mitin de candidato Hipólito dijo que estaba en el PRD. El calendario le hizo una trastada, él no es moderno.