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PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Robótica y empleo (y 2)

La robótica es una realidad y ha desplazado a miles de trabajadores de las fábricas. La Federación Internacional de Robótica (FIR), ha dicho que en la actualidad “hay un ejército de 1.63 millones de robots funcionando en todo el planeta (Ö) que realizan tareas repetitivas más rápido y con menos errores que las personas. Y todo en pos de la productividad”.

En el 2017, la compañía china Foxconn, que fabrica dispositivos para Samsung y Apple, dijo que iba a sustituir 60 mil trabajadores por robots. En el 2016, otra empresa china (Changying Precision Technology Company), que fabrica componentes de celulares, instaló una fábrica operada casi en un 100% por autómatas y hoy produce un 300% más que cuando era operada por trabajadores.

En relación a la pérdida de empleos, producto de la automatización robótica, las opiniones de expertos son divergentes. El Foro Económico Mundial ha dicho que para el 2020 podrían desaparecer 5 millones de puestos de trabajo, en los 15 países más desarrollados del mundo, producto de las innovaciones robóticas y la inteligencia artificial. De su lado, la empresa tecnológica Metra Martech indica que los robots han creado ocho millones de empleo en la última década. Carsten Heer, integrante de la FIR, explica que los robots crean empleos calificados, reduce el precio de los productos, generando más ventas, lo que significa mayores puestos de trabajo.

Los expertos del Banco Mundial como María Fleischmann, explica la necesidad de entender el fenómeno de la robótica y sus implicaciones en el plano laboral. “Lo correcto debe ser que los humanos avancen con las máquinas, en lugar de querer competir contra ellas”.

Dos investigadores norteamericanos, profesores de economía digital del Massachusetts Institute of Technology (MIT), escribieron un libro en el 2011, titulado “La carrera contra las máquinas”, y luego en 2014 publicaron otro titulado “La segunda era de las máquinas”. Ambos son textos que nos ayudan a entender los retos y desafíos que representa la robótica, en relación a la pérdida de empleos en las industrias. Y es que las máquinas no solo realizan tareas repetitivas, sino que cada vez más están realizando labores de diagnósticos médicos, conducir vehículos, asesoría financiera, traducciones, suscripciones de seguros y todo esto en detrimento de la fuerza laboral humana, explican los autores.

Harm Bandholz, economista e investigador del banco italiano Unicredit, realizó un informe titulado “Las consecuencias económicas y sociales de la robotización”, indicando que estas máquinas aumentan la productividad, los salarios y la demanda de mano de obra. El Banco Mundial (BM), en cambio, explica que la automatización es una amenaza para los empleos humanos. En la India, esta amenaza afecta al 69% de los empleos; en China el 77% y en Etiopía el 85%. El empleo de robots en las industrias ha incrementado la desigualdad en los ingresos. Los expertos del BM han planteado la necesidad de repensar la educación y potenciar las habilidades cognitivas de los estudiantes, para lograr obtener ventajas comparativas con relación a las máquinas. Se hace necesario enseñar a los estudiantes las destrezas que buscan las industrias de hoy y del futuro. Las oportunidades están en las escuelas y las estadísticas estudiantiles lo revelan: el 100% de los estudiantes de América Latina y El Caribe se inscriben en el nivel primario y el 75% en el secundario. En las universidades latinoamericanas hay 20 millones de jóvenes, pero sólo se gradúan 10 millones y tan solo 10 universidades de la región se ubican dentro de las 500 más prestigiosas del mundo. Esta realidad hay que cambiarla, si queremos que nuestros jóvenes complementen con eficacia las actividades realizadas por las máquinas. Para que los humanos podamos ganarle la batalla a un robot, se requieren de nuevas habilidades. Paula Villaseñor, consultora de la referida entidad, indica que las habilidades “no se enseñan, ni se aprenden, ni se evalúan como se hace con los conocimientos”. Lograr el desarrollo de las habilidades en los estudiantes requiere de prácticas habituales en las aulas. A saber: alentar el esfuerzo y el trabajo; lograr mayor interacción entre los maestros y los estudiantes; lograr aprendizaje en base a la cooperación; desarrollar expectativas positivas; gestionar adecuadamente las aulas de clase y enseñar a “planear, hacer y revisar”.

En este sentido, la Corporación Andina de Fomento (CAF), en un estudio expone que, si Latinoamérica quiere prepararse para enfrentar el desafiante futuro de la tecnología, “debe apostar a la formación de buenas habilidades cognitivas y socioemocionales”. La tecnología nos impacta a diario y cambia el futuro a una velocidad impresionante. Las habilidades deben ubicarse en un lugar preeminente en la preparación de los futuros profesionales.

El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, entiende que “las tecnologías disruptivas, pueden también generar nuevos tipos de trabajo”. En el informe del BM, acerca del desarrollo mundial 2019, titulado “La naturaleza cambiante del trabajo”, se indica que en el Siglo XX, la robótica creó más puestos de trabajo que los que se eliminaron.

¿Cómo sacar mayor provecho de la revolución tecnológica, los conocimientos y las habilidades? Los expertos argumentan que hay nuevas oportunidades para el desarrollo económico y social de las naciones y es aprovechando “los 2.5 trillones de byts y datos que se generan diariamente en los teléfonos móviles, sensores y plataformas digitales”; preparando a los estudiantes en las aulas para los empleos del futuro; invertir en capital humano y reducir la brecha logística entre los países desarrollados y en vías de desarrollo.

Como se aprecia, las opiniones de los pensadores más prominentes, de las instituciones académicas más prestigiosas, las conclusiones de foros globales y de organismos internacionales, no son concluyentes en relación a si la robótica, reduce empleos o crea nuevos puestos de trabajo. En todo caso, existe el desafío de quienes diseñan políticas educativas, para que los estudiantes de hoy -trabajadores del futuro-, cuenten con las habilidades para “saber lo que una máquina no sabe hacer”, según el BM.

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