Reelección

Contrariamente a los que baten palmas al considerar sepultada la reelección, la decisión del Tribunal Constitucional (TC) declarando inadmisible la acción de inconstitucionalidad contra la disposición transitoria que impide la repostulación de Danilo Medina, lo sucedido solo agota un punto en la agenda de quienes la promueven y la construyen. Conscientes del impedimento constitucional vigente y de la condena jubilatoria que le amenaza, los seguidores del presidente Danilo Medina siempre han estado claros en cuáles son las formas para desatar ese nudo. Primero las meramente jurídicas vía el TC o el Tribunal Superior Electoral y luego la legislativa mediante una modificación constitucional.

Así las cosas, y pendientes a los plazos que establece la nueva Ley de Partidos, con el comunicado 32-18 del TC, el danilismo solamente descarta una opción mientras afina la estrategia de lo que sería su próximo paso, el que darán en función de cómo y cuándo lo determinen y se vayan dando las circunstancias. Y es que lejos de ser una derrota, lo resolutado por el Constitucional lo que viene a ser, aparte de un útil termómetro o tubo de ensayo, es un conveniente descarte de vía, que producido en estos momentos da suficiente espacio de maniobra al cronograma de los estrategas de la reelección.

Es de tontos pensar que lo acontecido tomó de sorpresa a los reeleccionistas, que no son principiantes ni imberbes políticos, o más aún que les ha minado la moral de grupo. Muy por el contrario, a los seguidores de Danilo los mueven tres razones.

Una es que quieren seguir en el poder; otra que no quieren jubilar a Medina y la tercera es que un sector del expresidente Leonel Fernández no les genera confianza ni tranquilidad una vez abandonen el gobierno.

Motivaciones tan poderosas que se rotan en el orden de principalía y que si no son satisfechas, pero sobre todo garantizadas, ya sea mediante la repostulación del Presidente o de un acuerdo con Fernández, no van a desactivar una maquinaria reeleccionista que con un buen candidato, suficientes logros gubernamentales y seis meses de margen, intentará las siguientes movidas hasta conseguir su objetivo de candidatura... lo que no le es difícil.