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ORLANDO DICE

Burbujas leonelistas

UNO: LO DE ABEL NO FUE CAÍN.- Intrigas y conjeturas se dieron una vuelta por el acto de las firmas de Leonel Fernández del pasado domingo en el Palacio de los Deportes, y la perversidad hizo de las suyas. Interpretó las ausencias como deslealtad ocasional. Expliqué ayer la inasistencia de Margarita Cedeño, y conviene que igual se haga con otros seguidores de Fernández. Abel Martínez, por ejemplo, tuvo que decidir entre fidelidad política y obligaciones como alcalde. Otro día y en diferentes circunstancias hubiera venido de Santiago al evento de grupo, pero en la ciudad se celebraba un concurso de belleza, y no solo era un problema de sede, sino también de organización. Era la primera vez que Miss República Dominicana se realizaba en un polideportivo y quería ganar méritos, pues aspira a que el premio Soberano se entregue en su demarcación. Santiago siempre ha querido rivalizar con Santo Domingo, y en ese sentido la premiación artística sería un jalón importante, pues tiene proyección internacional. Santiago dejaría de ser corazón y sería cuerpo de la República. La candidatura de Fernández podía esperar, mucho más si se llevará a la Arena del Cibao el segundo lance...

DOS: CÉSAR Y ALEJANDRINA.- César Pina Toribio no ocupó asiento junto a los otros miembros del Comité Político que acompañaron a Leonel Fernández porque no se encontraba aquí. Se hallaba en Argentina, donde es embajador, y se hacía cuesta arriba que viajara de nuevo al país acabándose de ir. La última vez duró varios días, y tal vez semanas, tiempo en que debió realizar tareas que le fueron encomendadas por la dirección del partido. Además el cambio de clima le provocó una de esas gripes que resienten a cualquier persona; y el pasado lunes, esto es, un día después del acto en el Palacio de los Deportes, debió celebrar La Restauración en fecha diferida. Alejandrina Germán no fue a la actividad por razones de institucionales y de temperamento. No acostumbra a participar en mítines de precandidatos, aun cuando se le atribuya filiación, y entre sus motivos puede considerarse la posibilidad de ser miembro de la comisión electoral. Lo justo, lo correcto, lo adecuado, lo conveniente era evitar ser juez y parte, y mucho más en un partido como el PLD en que los árbitros se hacen cada vez más escasos, si no fue que desaparecieron por completo. Guardarse, reservarse para situaciones de mayor aliento fue una decisión inteligente. Ella podrá ser leonelista, pero primero boschista, y en el mejor de los casos, una mujer del partido...

TRES: EL BAUTISTA NI EN LOS CENTROS.- Félix Bautista no es miembro del Comité Político, pero sí senador, y su presencia era necesaria si se tiene en cuenta que los legisladores fueron contados como muela de garza. La gente vio por la televisión los pocos que fueron, situación que obligó a que la prensa del acto se ocupara de publicar (por lo menos en las redes) una foto en que aparecían dentro de una guagua -camino a la actividad-- los diputados que siguen las orientaciones de Leonel Fernández. Chisme y contrachisme. Bautista, no se debe olvidar, además de ser un hombre de la intimidad política de Fernández, que es el secretario general titular hasta que el comité Central ratifique a Miriam Cabral. Como maneja gente y se mueve más que un pez de río, pudo haber sido clave para el acto de las firmas. Lo fue la otra vez, y también pudo serlo ahora. Sin embargo, por razones que no se explicaron ni se explicarán, no fue tomado en cuenta. Radhamés Jiménez y Bauta Rojas fueron los responsables, y Bautista no apareció ni en los centros espiritistas, aunque como oriundo de San Juan debe estar a la espera de que los espíritus vuelvan a serle favorables. La verdad que pinta a misterio que se desapareciera, alguien habló de viaje, ya que nadie cree que él por su propia voluntad se excluiría de una figuración tan importante y trascendente...

CUATRO: POR AHORA BURBUJA.- Los extraños andan más entusiasmados con el acto de las firmas de Leonel Fernández del pasado domingo, que los peledeístas en sentido general. Los propios saben donde come y bebe el caballo y sobre todo quien lo monta. La burbuja de los leonelistas burbuja se queda, y se queda burbuja porque hay muchas formas de contar en política. Los sesenta mil que llenaron la media luna es cantidad, pero la Ley de Partidos (¡qué infame!) otorga potestad a la cúpula de los partidos para decidir formas de elección. La cúpula en el PLD se llama Comité Político, y en el caso específico, Comité Central, y los sesenta mil ganan en el Palacio de los Deportes, pero no en la Casa Presidencial donde se reúne el CP, ni en el salón Bienvenido Sandoval que acoge al CC. La mala leche indigesta, pero se consume. La mala leche, por ejemplo, no entiende que si lo del pasado domingo fue tan contundente, haya que replicarlo en noviembre en la Arena del Cibao. ¿De qué se trata, pues, de un mitin portátil que se trae y se lleve a conveniencia y sin arduas jornadas de organización? Lo de marzo se explicaba, porque en marzo hablará el caballo, o posiblemente muera el rey, pero ¿en noviembre, a solo tres meses? La gente se mira y no atina: ¿No será por Abel Martínez y menos por Carlos Amarante? Vaya nadie a saber...

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