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CONTANDO LOS HECHOS

Los tiempos cambian… algunos principios, no

Desde niños estamos acostumbrados al decir de que: los tiempos cambian. Efectivamente, los hechos demuestran que ciertamente es así. Que en el universo nada es estático, y en nuestro planeta, henchido de todo tipo de manifestaciones de vida, podemos constatar continuamente que todo va cambiando con el tiempo y ajustándose al nuevo estado de cosas, y a las nuevas condiciones que se desarrollan o florecen, o a los cambios que se manifiestan en los diversos seres vivos en la medida en que se ajustan al credo de Charles Darwin de la supervivencia del más apto.

Estimo que estábamos terminando la década de los 80 cuando recibí una llamada de Aída Cruz, alta ejecutiva y socia de la Publicitaria Thompson, AIFE, MFP. Ella me pidió que viniera a visitarla a su oficina porque tenía algo interesante de qué hablarme. Me dijo: “Ellis, tenemos un cliente del exterior que va a introducir un nuevo producto al país y nos pidió que hiciéramos un estudio previo para determinar cuál era la persona, entre los informadores televisivos que goza de mayor grado de credibilidad en la audiencia. Hicimos el trabajo y el resultado nos indica que tú eres esa persona”. Inmediatamente me dijo: “Déjame mostrarte esto”, y me enseñó un Story Board, que en términos publicitarios se refiere a una exposición gráfica sobre una actividad, con sus frases y movimientos enmarcados en los dibujos.

Aída me dijo: “Ya sabes lo que queremos, que seas el vocero de este producto. Ahora lo que tenemos que hacer es ponernos de acuerdo en tu retribución y delinear el plan de trabajo”. Al entender claramente todo lo que ella me había dicho, sin pensarlo dos veces, le señalé: “Caramba, yo lo siento mucho, pero no puedo hacer ese tipo de trabajo, ya que como informador noticioso y manejador de opinión yo podría verme en algún momento en un conflicto de intereses cuyo riesgo no quiero correr”. Ella me expresó su desaliento por mi respuesta negativa y me dijo que hablaría con su cliente a ver qué se podía hacer. Al tercer día volvió a llamarme y me dijo: “Ellis hablé con el cliente sobre tu situación, y él me autorizó a hacerte un cheque en blanco para que tú le pongas la cantidad que quieras cobrar”. Le contesté: “Aída, no es cuestión de dinero, sino de principios”. Y añadí, “en los países desarrollados como los de Europa, Estados Unidos y Canadá, los líderes noticiosos de la televisión no hacen anuncios comerciales”. Terminé diciendo: “Realmente lo siento mucho, pero es una condición que no estoy dispuesto a abandonar a ningún precio”.

Finalmente, pude constatar que Charityn Goico fue contratada para hacer el anuncio, y realmente lo hizo muy bien. También es verdad que ella no ha sido informadora de noticias ni creadora de opinión. Respeto a mis colegas de los noticieros de televisión que también incursionan en la realización de anuncios comerciales por paga. Ese es su derecho. Yo me he mantenido a la vieja usanza.

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