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PANCARTA

Un ejemplo: Ignacio Rodríguez Chiappini

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Raúl Pérez Peña (BACHO)Santo Domingo

Bajo la certeza de que los seres humanos son imperfectos, decir que fulano “es un ejemplo” implica el riesgo del yerro o del “exceso”. Afirmo que Ignacio Rodríguez Chiappini (odontólogo) fue un ser humano como “todos los mortales”.

Al cumplirse el primer año de su fallecimiento, los amigos, familiares y sus compañeros del movimiento ‘Patria para Todos’ harán un acto recordatorio en la biblioteca Pedro Mir de la UASD, a las 9:30 AM, mañana domingo.

Pese a los dos primeros párrafos, precisa decir que Ignacio no era “uno más”, ni uno “del montón” en este país. Medio siglo de trato me permite ser categórico al describirlo.

Ignacio fue crítico acérrimo ante las múltiples lacras sociales sufridas en este país desde tiempos ancestrales y ante el secuestro que se prolonga por casi seis décadas, bajo el control y latrocinio de la partidocracia politiquera.

Ignacio fue vertical ante los designios imperiales que mancillaron el suelo patrio en 1916 y en 1965.

Fue admirador de Manolo Tavárez y del coronel Francisco Caamaño, así como de Fidel Castro y del Che Guevara.

Chiappini hizo causa con y por lo mejor para la UASD, dedicando décadas a su ejercicio docente.

En su trayectoria ética, Ignacio no tuvo cola que pisarle, siempre frente en alto, igual que su lealtad a la Raza Inmortal y a los mártires del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4).

Por esa verticalidad, nunca se dejó seducir por las burocracias oficiales del partidismo parasitario.

Pero tampoco lo sedujo la USAID, ni sus tentáculos “inocuos”.

Ignacio nunca le “peló” los dientes a los tránsfugas de todo pelaje, con sus perversas torceduras y arribismo hacia el poder melcochoso. Todo lo contrario, los describía como merecían.

Entonces Ignacio Rodríguez Chiappini fue un ejemplo, fiel al título, pero del ciudadano sencillo, leal a su pueblo. Lo demostró en su vida.

Sirva esta Pancarta para continuar describiendo a quien dediqué dos publicaciones al fallecer. ¡A mucha honra!

Señalé que la entereza de Ignacio no cabe en un artículo.

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