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ORLANDO DICE

Un bombero en el PLD

RAFUL ACLARA.- “Estimado Orlando: Los casos pendientes de solución que no conoció la CNO, eran finalmente alrededor de 21. Inicialmente llegaron a más de 70 casos, pero la CNO los conoció y pudo ponerse de acuerdo. El problema suscitado alrededor de esos casos que no pudieron resolverse, radicó en que las dos corrientes internas representantes de los dos grandes liderazgos del PRM, no pudieron ponerse de acuerdo. La composición de la CNO era de mitad de miembros de una corriente y mitad de la otra. En el medio, mi misión era conciliar, mediar, contribuir a la unidad de las decisiones a tomar. Cuando por una razón u otra, había mayoría de un sector, yo no podía favorecer una votación mecánica al margen de mi responsabilidad. Tanto Hipólito como Luis, me escogieron como presidente con esa condición. Frente al problema de los casos sin resolver, nos reunimos con los dos líderes, y ellos pidieron que la CNO le entregara los susodichos casos, para ellos dos resolverlos, por el carácter y las dificultades de las contradicciones. Pero resulta que no pudieron hacerlo y se remitieron a la nueva dirección. Esa es la única y pura verdad. Gracias querido Orlando”...

OTRO ÁNGULO.- Las reacciones a la suspensión de Víctor Díaz y Félix Bautista confirman el temperamento de los de adentro y el ánimo de los de afuera. Los seguidores de Leonel Fernández se declaran dolientes y descalifican la medida de Reinaldo Pared. Dicen que su autoridad no llega tan lejos y alegan discriminación, pues el bochorno alcanza a más de dos, la lista sería más grande, y debiera procederse igual contra todos. Aunque se hace evidente que estos artificios se corresponden con anteriores. Con las primarias se violaría la Constitución, con la suspensión los estatutos. La verdad, sin embargo, debe verse desde otro ángulo. Una cosa es hablar, decir, y otra actuar, hacer. Crear situaciones. Hasta ahora los grupos en el PLD contemporizaban, respetaban sus espacios, y aunque era un orden desigual, sobrevivían. Excepto la candidatura, ninguno de los grupos codiciaba lo del otro. Fernández tenía tanto y Danilo Medina cuanto. Lo de Pared, por el contrario, además de audaz, luce un cambio de actitud, una mudanza de parecer. Explicable, si se quiere, pero que provocará una dinámica nueva en el PLD y consecuencias inmediatas. No se puede creer y menos asegurar que el movimiento del secretario general fue aislado, unilateral y momentáneo. Si en el partido se hablaba de secuestro, ahora habrá que hablar de rescate...

IMPUNTUAL Y AUSENTE.- Los peledeístas de adentro, los asimilados de afuera y toda la opinión pública llevan tiempo viendo como un partido disciplinado y puntual no se reúne con la frecuencia que le era habitual o como se establece en sus estatutos. Esa renuencia a verse la cara, a tratar asuntos, sean menudos o importantes, debe tener una explicación. Un culpable. Dicen oficiosamente que Leonel Fernández no quiere saber del Comité Político ni en pintura desde que este organismo de alta dirección responde a las orientaciones de Danilo Medina. Incluso podría decirse más. En el PLD se vive actualmente una subversión de los métodos. La mayoría no es decisiva, pues la minoría no acepta ni reconoce realidad que se le imponga. Todo en la vida tiene fecha, mucho más lo que es historia. La actual dejadez se inició en la crucial reunión de Metro en que el CP aprobó la reelección de Medina y Fernández y su gente fueron avasallados. Cuando Fernández salió a lo claro, cuando pudo respirar aire fresco, se dio cuenta de que habían derrumbado su mundo y decidió resistir el nuevo orden. Hubo discurso a la nación, hubo negociación sobre lo acordado y unos quince puntos tan equívocos que el Tribunal Superior Electoral anuló uno por incongruente...

AMENAZA SARRACENA.- Esa es la situación de ahora, en que acontecimientos originados afuera se convierten en cerco, asedio, acoso, ya no político, sino moral. El partido no puede ser ajeno o indiferente a su desgracia. No puede ver a los sarracenos en pie de lucha y no reaccionar. De ahí que la ocasión provea y lo haga mediante una acción táctica. La suspensión de dos altos cargos. Véase. A falta de una presidencia activa, atenta, responsable, Reinaldo Pared asume una secretaría general inédita, pero dispuesta a llenar el cometido. El rancho del PLD está ardiendo, tiene fuego por todos los lados, y habrá de quemarse, pues no hay cómo sofocar las llamas. El organismo que debiera hacer de bombero, el Comité Político, no hay forma de convocarlo. Entonces, ante una situación de emergencia, se imponen acciones heroicas. La medida contra Díaz y Bautista, aunque sorprendente y de improviso, tiene entre sus virtudes la posibilidad de forzar una cita del CP. La que sería oportuna y evitaría daños mayores, si como se dice, la disposición tiene carácter provisional. El Comité Político, cuando finalmente se reúna, dirá la última palabra. Si mantiene la suspensión o la deja sin efecto. Leonel Fernández, al que le sobran los domingos, bien puede sacar un lunes y reunirse con sus iguales de la alta dirección...

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