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PENSANDO

Llave de libertad

El sublime derecho a la libertad es la condición más anhelada por los seres humanos en su paso por la vida, pero hay que entender que la llave para ser libre está en nosotros mismos, reflexionando en los valores que tenemos que preservar para sentirnos liberados. Imbuido de libertad interior, el Patricio señaló: “Sed justos lo primero”. Y es que si no aplicamos la equidad en nuestras acciones, no podremos exigir la libertad para nuestras convicciones. Ha quedado claramente establecido que la administración de justicia en nuestro país responde a intereses que contraponen los procedimientos éticos y morales. Solo hay que adentrarse y observar que nuestra verdadera cárcel está sustentada en el irrespeto a la legalidad y a los preceptos que nutren los principios cívicos y morales. La lucha de ser libre comienza buscando la llave que abra nuestra conciencia frente al manejo indecoroso y avasallante de los derechos ciudadanos. ¿Puede existir libertad sucumbiendo a la impunidad? ¿Podemos sentirnos libres indiferentes al deterioro institucional y al irrespeto de la dignidad de las personas? Pensamos que no. El derecho de ser libres es mucho más profundo, es sentir el libre albedrío de las ideas, el premio a la honestidad y el deber de defender nuestra soberanía. La cárcel que nos toca por nuestra propia indolencia es la libertad que logran los que gozan del dolo que atenta contra la calidad de vida de los más excluidos, como aberración del concepto de libertad que no podemos asumir si no utilizamos la llave que llevamos dentro, porque solo con ella podremos salir de la cárcel de lo que su mandato nos impone cual dictadura del engaño. Escribir lo que se piensa es uno de los instrumentos más preciados con los que cuenta la libertad. Y en la poesía, el sentimiento fluye como canal de reflexión y sufrimiento: con ella el mar, como fuente poética, nos proporciona consuelo, a la vez que remueve las profundidades de la desesperación más amarga, donde el navegante se ahogará bajo las olas de su traición. Pensemos pues que la llave de la libertad está en el deber que contraemos al momento que queremos ser útiles a la sociedad de manera transparente, aportando un caudal de buenas ejecuciones que contribuyan a la conciencia de valorar la verdadera libertad.

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