Influencia americana

(y 2)

Por su moneda internacional, los Estados Unidos siempre han tenido déficits en su balanza comercial, la de intercambio de bienes y servicios. Para Paul Samuelson, premio Nobel de Economía, es natural y necesario, pues de otra manera el resto del mundo no hubiera podido comprar las mercancías norteamericanas.

En Estados Unidos se encuentran mercancías de todas partes, pero en otros países solo se ven artículos locales. USA está abierta para todos y los demás apenas lo justo y necesario.

La avalancha de géneros extranjeros en EEUU tuvo un punto de inflexión con el resurgimiento de Japón que invadió al planeta con su electrónica, máquinas y automóviles de 1960 a 1985. China comenzó a mediados de los 90’s y despuntó en grande al ser incorporada a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el 2001 y por la lluvia de inversiones que recibió de las empresas multinacionales.

Paralelamente, Bill Clinton promovió y firmó el acuerdo de libre comercio conocido como NAFTA con Canadá y México en 1995. Para la fecha, la balanza comercial de los aztecas con sus vecinos era negativa y ahora ocupan el segundo lugar en superávit.

El déficit comercial de USA es de 810 billones de dólares. De ese total, China se lleva 347 billones, México 71 billones, Japón 69 billones y la Unión Europea 147 billones dólares, de los cuales 69 son de Alemania. Ha perdido más 70 mil factorías y está acorralada por las deudas, los gastos de defensa y el deterioro de su infraestructura.

Donald Trump viene hablando de eso desde 1987. Los políticos lo saben y han intentado reaccionar. Bill Clinton y Obama quisieron renovar la infraestructura, pero el Congreso nunca les aprobó los presupuestos. Los dos demócratas y George Bush han decretado medidas antidumping sin mucho éxito.

Déficits con México, China, UE El arancel medio que impone USA a los productos mexicanos no pasa del 3%, pero México le aplica una media de un 10% mas el 16% de IVA (ITBIS) a los norteamericanos.

Los gravámenes de China superan a las de USA en 20 de 22 categorías de productos que intercambian. Solamente a los automóviles les factura un 25% y aún más a los de alta gama, y EEUU le cobra apenas un 2.5% a los suyos.

Con el mayor superávit, China es la nación más industrializada, pero no tiene el desarrollo de Canadá, Alemania ni Japón. México ocupa el segundo puesto y sigue siendo subdesarrollado aunque le llamen país emergente

En China es difícil obtener una licencia de importador, tiene duras normativas sanitarias sin asidero científico para los productos agrícolas y le pide a las corporaciones americanas instalarse allá con transferencia real y obligatoria de tecnología.

Las barreras burocráticas Tanto China como la UE coinciden subsidiando el costo de la energía, los alquileres y los préstamos a sus exportadores. Además, todo visitante de Europa que compre algo para llevárselo le reembolsan el IVA.

Las naciones beneficiadas ven la situación normal y equilibrada porque juegan con ventaja imponiendo sus propias reglas.

La OMC contempla el derecho a la defensa de cualquier país frente a prácticas desleales para equilibrar el intercambio comercial. USA tiene un enunciado similar en la sección 201 de la Ley de Comercio Exterior del 1974.

El presidente Bush la utilizó para imponer un arancel 30% a las importaciones de acero y aluminio en el 2002. La UE apeló ante la OMC, ganó el pleito y Bush retiró la resolución.

Donald Trump partió de la Sección 232 de la Ley de Expansión del Comercio de 1962 que lo faculta para ordenar investigaciones a fin de determinar la incidencia de la importación de cualquier producto sobre la seguridad nacional.

El Departamento de Comercio hizo los deberes, sometió su informe al Pentágono y este lo endosó. Con ambos reportes mas consultas con los industriales del sector, Donald Trump decretó un impuesto del 25% sobre la importación de acero y un 10% para la de aluminio. Canadá, México y Australia quedan exentos por sus acuerdos de libre comercio.