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FUNDACIÓN SALESIANA DON BOSCO

El aborto es un ponche seguro

Un ponche es bochornoso y humillante, especialmente en quien se supone es un buen bateador. Da rabia y produce frustración.

El aborto es un ponche seguro, con la base llena y dos outs. Merece el abucheo de la gente sensata y el aplauso de aquellos que viven del “na e na”. Nadie batea para poncharse y si lo hace es porque le da lo mismo un hit o de un jonrón, porque está aturdido o mal de la cabeza.

Luchar y esforzarse por la despenalización del aborto es batear para un ponche seguro, bajo todos los puntos de vista: científico, ético, legal, y no hablemos de lo religioso.

Se puede tener comprensión y compasión por quien, encontrándose en una encrucijada por un paso mal dado en materia sexual, ante la confusión psicológica del momento, se aboca a destruir la vida en desarrollo intrauterino, por miedo, ignorancia, vergüenza o por la razón que sea.

Pero merece tolerancia cero que se haga del crimen un proyecto gubernamental o político, para ganar adeptos o para sumarse a un desconcierto internacional que no tiene otra mira que no sea el control de la natalidad, utilizando a la mujer como caricatura ridícula. Es algo inaceptable, como el creer que el ponche con la base llena es lo mismo que un hit o un jonrón.

Las autoridades dominicanas, léase el Poder Ejecutivo y Congreso Nacional, están jugando un juego pesado desde hace algo más de veinte años, tratando de introducir el aborto en el Código Penal a la fuerza, a empujones, como si ese ponche fuera un jonrón, signo de triunfo, progreso y desarrollo.

La responsabilidad principal en este intento absurdo, y seguro ponche, recae sobre quien tiene el uniforme número uno. Es ese cuarto bate quien, en repetidas ocasiones, a través de las mal llamadas “causales”, se ha empecinado en que nuestro país se ponche, empujando a que se apruebe eliminar la vida, con la excusa de que la madre está en peligro, de que la criatura ha sido fruto de una violación o porque tiene alguna deformación.

Si otros países se han ponchado, porque los cuarto bates de turno eran flojos, y se le ha vendido al pueblo la idea de que daban un jonrón, aquí tenemos que defender con uñas y dientes el derecho a la vida, como establece la Constitución que han jurado respetar. El mundo está viviendo una guerra nuclear, entre antivalores y valores. La batalla hay que ganarla, o si no ¡sálvese quien pueda!

Haciendo trampas lingüísticas y mediáticas es posible engañar al público, generalmente embobado y acrítico, haciéndole creer que un ponche es un jonrón, Pero el aborto es un ponche seguro.

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