PUNTO DE MIRA

Leonel en su nuevo momento (y 7)

La labor política se desarrolla dentro de las condiciones concretas. La búsqueda del poder es un hacer constante que no se frena con su obtención, sino que al contrario reclama los mayores esfuerzos para mantenerlo o ampliarlo. Tal es el caso de los dirigentes del PLD quienes continúan sus manejos para mantenerse gobernando y utilizan desde el gobierno la complicidad de una oposición integrada por políticos acomodados.

La ausencia de una oposición combativa o integrada por administradores del botín populista les deja franja ancha al PLD para seguir creciendo en la geografía nacional. Contrario lo que ha pasado con los gobiernos del PRD, los morados continúan penetrando los mecanismos del control gubernamental para perpetuarse. Todos los estamentos de poder están bajo su dominio directo o indirecto.

El PLD tiene una democrática participación y control de la administración pública sin parangón. Los gobiernos del Partido Reformista, encabezados todos por Joaquín Balaguer, se desarrollaron con una represión sangrienta a la oposición y el uso de la dádiva corruptora. Este mecanismo último, el pan y circo, se ha enraizado en la política nacional.

La estabilidad de la economía y operar sin marejadas convierte a los gobiernos del PLD en ejemplo de permanencia. Hasta el momento han sorteado los escollos y aguado las confrontaciones. El reto constante para los veteranos integrantes de la Comisión Política es peinar los enredos como si fueran en pelo lacio. Sin embargo, esa dirección está envejeciendo y no tanto por los años sino por la fatiga del ejercicio político. Ya no tienen hambre riqueza ni de poder. Esa misma fatiga se percibe en la oposición que combate con armas embotadas.

En este mapa político desarrollan sus operaciones las opciones de poder. Las alternativas para los electores son escasas. Se mantienen los hombres y los partidos cambian de siglas, pero la dirección es la misma. Ese vacío de ofertas coloca al PLD con el menú más amplio, aunque básicamente las opciones se bifurcan entre Leonel Fernández y Danilo Medina con todo y su obstáculo legal para optar para otra reelección. Este asterisco constitucional puede ser la variación del futuro morado tras la campaña del 2020. Las fuerzas leonelistas se perciben como una opción extra partido porque tienen la aparente decisión de sostener una candidatura con o sin el PLD. Si les cierran el paso ilegalmente saltarán por encima de los obstáculos. Las condiciones concretas determinarán la vía.

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