FUERA DE CÁMARA
¡Credibilidad... eso!

El problema del liderazgo político es la falta de credibilidad: hoy dice una cosa y mañana hace otra totalmente contraria. Acabando de llegar al país por unos días en descanso del tratamiento contra el cáncer, se me ocurrió preguntarle a unos amigos sobre la situación interna de los partidos. Vean ustedes todo lo que salió a relucir:
-En el Partido de la Liberación Dominicana, el expresidente Leonel Fernández repunta con una candidatura que sus seguidores no están dispuestos a ceder bajo ninguna circunstancia, así sea a contrapelo de otra reelección de Danilo Medina. Sin embargo, unos y otros admiten que Gonzalo Castillo es el abanderado del oficialismo;
-En el Revolucionario Moderno hay hipocresía por los cuatro costados aunque se haya visto a Hipólito levantar el brazo a Paliza, y Abinader a Carolina. Lo que dicen es que por los bajos Hipólito infla a Feris para la presidencia del partido, y Abinader a Chú para la secretaría general, y que la fórmula que salga de esa convención dentro de dos semanas podría resultar un arroz con mango;
-La oposición más radical anda aún mucho más perdida.
La parte agrupada en el movimiento verde pudo ver ayer una muestra palpable de hasta dónde se ha desinflado en los últimos meses con el fracaso de la parada convocada en las inmediaciones del Palacio Nacional.
Aquello no fue ni sombra de las movilizaciones masivas que provocaron durante la primera mitad del año pasado.
-La otra “oposición” anda dando pena y vergu¨enza sin hallar a quién arrimarse para hacer bulto. Había que ver a los reformistas de Quique buscando acercamiento con los peledeístas en la reunión del jueves en la JCE; a los Vinchi’s detrás de los leonelistas; a los “minuses” acercándose a Moreno, y hasta a los del Bloque Progresista perdidos entre Danilo y Leonel… … O sea, nadie es de nadie Hasta ahí llega la hipocresía política en el sistema de partidos… Nadie confía en nadie, los líderes andan descreídos hasta de su propia sombra. En los agrupamientos partidarios cada quién anda tirando para su lado sin importarle un comino el compañero a quien momentos antes había jurado fidelidad.
“Nunca antes se había visto semejante antropofagia en el partidismo dominicano”, comentó hace poco en televisión un pasado dirigente partidario ya retirado de la actividad política pero que tuvo gran protagonismo a mediados de la década de los años ochenta del pasado siglo.
Los partidos y sus líderes no alcanzan a ver más allá de sus narices. Ignoran, al parecer, que la gente está muy pendiente de su proceder en esta coyuntura tan especial en que no se ve el surgimiento de un nuevo liderazgo que sintonice con estos tiempos, con la juventud, con las nuevas generaciones… Los partidos más grandes y sus líderes principales están ensoberbecidos por su propia “grandeza”, y piensan que nada cambiará en los próximos dos años, que la correlación de fuerzas que gravita hoy en el partidismo se mantendrá hasta más allá del dos mil veinte y que para mantenerse en el poder o muy cerca de él --incluyendo, obviamente, al PRM--, sólo es menester repetir las truchimanerías de siempre...
¿… Pero cabe aún el “outsider”? Es posible el surgimiento de una nueva opción electoral.
Por lo menos, hay tiempo suficiente para que se produzca ese fenómeno de aquí a los dos años y piquito que faltan para las elecciones.
Para eso no más tienen que mantenerse las condiciones que prevalecen hoy en el sistema de partidos: la oposición dispersa y con serios conflictos internos y el peledeísmo enfrascado en una lucha de poder y liderazgo que puede conducirlo a una fractura que lo divida de aquí a las elecciones del veinte.
Esa sería la brecha ideal para el surgimiento de un candidato nuevo con potencialidad de pasar a una segunda vuelta. ¡… Y ahí sucede cualquier cosa!