ORLANDO DICE
Tira y afloja en PRSC

ENTRE ELLOS.- Tácito Perdomo, delegado político ante la Junta Central Electoral, declaró estar de acuerdo con modificar la ley que establece el voto preferencial para regidores e instancias menores del municipio. Aunque dijo que hablaba a título personal. E hizo bien, pues prontamente Ramón Rogelio Genao recordó que los estatutos del Partido Reformista solo reconocen como voceros al presidente y al secretario General. Esto es, a Quique Antún y al propio Genao. Además, Perdomo, que también es concejal, olvidó que esa ley fue obra o inspiración de un diputado del partido del gallo colorao. Sin embargo, y es lo que importa, la entidad política no tiene una única idea al respecto. En el caso serían dos. La de Perdomo que se enmiende y la de Genao que se mantenga igual. Aun cuando es el tema del momento, los reformistas no lo tratan institucionalmente, en los organismos, sino en los medios. Antún no dice nada por ahora, y supondrá que la opinión de Genao es suficiente, o que si ningún alto cargo -como él- lo contradice, esa queda como la posición oficial del PRSC. Genao, más que a la ley, se va a la Constitución para reafirmar el parecer de su organización. Antún, de hacerlo, diría que esa ley no fuera problema si se aprobara la más general de partidos y la consiguiente electoral. Lo cual sería volver a lo mismo...
LLOVER SOBRE MOJADO.- Volver a lo mismo significa insistir en la aprobación de las leyes de Partidos y Electoral, un afán que lleva rato y que nada garantiza un mejor destino en la próxima legislatura. Siempre hay una próxima legislatura, y los graciosos piensan que con prometer ganan tiempo. Aunque no se sepa para qué. Finjus pareció salirse de sus casillas cuando atribuyó la demora al humor de los principales dirigentes del PLD. Una denuncia vieja, pero entre partidos y políticos, y poco conveniente en boca de un representante de la sociedad civil. Parece que Reinaldo Pared no oyó a Servio Tulio Castaños, pues si lo oye de seguro le hubiera cantado su panamá. Después de los acercamientos de fin de año, esas diferencias no son cruciales, aun cuando conserven su encanto y a uno que otro peledeísta les complazca echar leña en cenizas calientes. Si los viajes de Leonel Fernández eran muchos, los de Danilo Medina van más lejos. Y entre viaje y viaje difícilmente puedan ocuparse de la agenda normal o de los puntos pendientes. Lo de primarias abiertas o cerradas deja de ser importante o decisivo desde el momento que encuentren otra salida al impasse. La solución vía Constitución sería imposición, y eso es lo que se trata de impedir: Avasallar al contrario...
NOTICIA DE AYER.- La vicepresidenta o presidenta en funciones de la República dijo que esas leyes estaban para consenso, y dicho por ella es noticia, pero en un periódico de ayer. Como Última Hora. Lo que se quiere es que no esté para consenso, pues ese consenso no se logrará, y las razones, motivos y circunstancias están a la vista y alcance de todos. Nadie conoce de reuniones entre partidos, ni al interior de estos, que signifiquen nuevos entendimientos. Los demás confiaron el asunto al PLD, y Leonel Fernández y Danilo Medina se complacen ejerciendo de árbitros nacionales. Si es por ellos, llega el 2020, y nada. Considerando esa situación, y con la lógica de los infiernos (de fuego por todos lados), plantee que el PLD se echara ese cojón al hombro y aprobara lo que entendiera, pues al final final lo que se haga ley será cargado a su cuenta. Y de mala manera. Parecería autoritario, pero no lo es desde que se recuerda que más o menos lo mismo sucedió con la Junta Central Electoral, con el Tribunal Superior Electoral y la Suprema Corte de Justicia. El órgano electoral y las altas cortes corresponden al partido de gobierno, y de esa no se zafa aunque ponga en escena la mayor transparencia. Todo diablo es candela se sentencia en la calle...
MEJOR AL MARGEN.- El presidente del Tribunal Constitucional urgió la aprobación de la Ley de Partidos dentro de un paquete de 10 proyectos pendientes de sanción. También Milton Ray Guevara debió quedarse al margen y no poner presión al debate. Y por algo muy lógico. La pieza, cuando sea, llegará a su instancia, y no es bueno que desde ahora se comprometa con ninguna de las versiones posibles. ¿A cuál Ley de Partidos se refería, a la original de la Junta Central Electoral, o a la que reintroducirá el Partido Reformista, que sería igual y distinta, pues contendría los consensos de la Comisión Bicameral? Debió evitar ser parte del problema, pues los osados que eleven recurso ante la instancia constitucional no pasarán por alto su aparente adhesión e impugnarán su participación en el conocimiento y dilucidación del asunto. Ese temperamento de los titulares de poderes públicos de involucrarse de manera personal en situaciones que no son de su incumbencia, es una falla sensible de la institucionalidad nacional. Y ocurre con mucha frecuencia. A nadie basta su jurisdicción y todos quieren marcar pautas en territorios ajenos o sobre los cuales deberán arbitrar o decidir. Por adelantarse a la pelota, o querer atraparla en el rebote malo, muchos batazos se convierten en hit...