SONDEO
Ley, JCE y PRM

Esta vez el presidente de la JCE, doctor Julio César Castaños, no ha hablado de falta de recursos, sino del factor tiempo. El hombre -y es algo que solo un ciego no veía- ha dado la clarinada, para que después que haya un tranque, al organismo electoral no le quieran tirar el “muerto” en los pies. Sencillamente ha advertido a los actores políticos que tienen el juego trancado con respecto a la Ley de Partidos y Electoral, que “se agota el tiempo” para que el órgano que preside pueda aplicar la llevada y traída iniciativa legal en el próximo torneo. Los dos proyectos ahora se caen con el cierre de legislatura y aun cuando se les reintroduzcan en la siguiente, la suerte a correr todavía estaría por verse. A la advertencia del doctor Castaños se suman -y ojalá se tratara de una señal enviada desde las “alturas” (no hablamos del cielo, sino de Palacio)- las declaraciones de José Ramón Peralta, que ha devenido en el vocero más autorizado del presidente Danilo Medina, en el sentido de que “ya es tiempo de que se apruebe la Ley de Partidos”. De ser así, y de que pasemos del dicho al hecho, entraríamos a un “respiro” político, y sería una gran contribución al aspirado fortalecimiento institucional del país. Por demás, mandaría una muy positiva señal, en el sentido de que a nivel del liderazgo del PLD que comparten Medina y Fernández algunas cosas se habrían ido “acomodando”, quien sabe si a partir del “abrazo” aquel entre las dos figuras más importantes de la política criolla. (La nota discordante -y de quien menos podía esperarse- la puso el senador del PLD, que en vez de hablar de “candados” en la Constitución para garantizar el fortalecimiento institucional y tener una democracia más saludable, se despachó con que, en una nueva reforma (¿?), se quite el “nunca jamás” de la Carta Magna y que “se abra la compuerta”). En el caso del PRM, un acuerdo Hipólito-Luis, como se perfila que hubo, en vez de verse como señal de unidad y de civilidad, en el fondo -y a las claras- no sería más que el reflejo de que en los partidos los méritos y el trabajo individual de los compañeros y de la gente de la base no valen ni van para parte, porque todo lo resuelven y deciden las cúpulas, según las conveniencias y las circunstancias. De ahí los desengaños y las frustraciones, que solo se resuelven con una ley y con reglas que se hagan valer. El PRM, como es sospecha de Geanilda, pierde una oportunidad de diferenciarse. Mejía, que ya fue Presidente, no pierde ni arriesga nada apoyando a su hija Carolina, pero Abinader sí, porque de no salir su pupilo Paliza, le afectaría como posible candidato. Difícil, pero ¿y la base no deja que la “pisen” y dan un ejemplo? ¡Hay más!