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PENSANDO

Desde los medios

De cara al nuevo orden mundial, la responsabilidad de los medios en su influencia mediática es un reto que nos obliga a ser veraces para no caer en la miopía ante el análisis de la realidad actual. La euforia que se abrió con la desintegración del bloque soviético se ha desvanecido creciendo el escepticismo en la seguridad por los atentados del 11 de septiembre del 2001 de las Torres Gemelas en NY y del Pentágono en Washington.

Ese mundo bipolar e ideológico era inquietante, pero también estable y previsible. Las dos súper potencias tenían la posibilidad de controlar la mayoría de los actores primarios o secundarios de la escena internacional, por lo que debemos intentar ser más clarividentes con respecto al futuro. La sociedad ha consensuado la creencia en dos nuevos peligros: la proliferación de armas de destrucción masiva y el terrorismo internacional, pero, para comprender desde los medios la presencia del crimen organizado en el nuevo orden mundial, hay que sustraerse a los prejuicios y las verdades fáciles, a las ideas preconcebidas y las evidencias ló- gicas; porque sin duda, la gran amenaza está en aquellas que son silenciadas por la manipulación.

En tal sentido, la lupa de los medios debe reconocer el poder mafioso y su cercanía con el poder dominante, ya que las mafias más evolucionadas cohabitan con las élites políticas y económicas; y se demuestra porque tienen más puntos en común que divergencias.

Recordemos que la prensa es el cuarto poder, ¿estaría parte de ella comprometida con las mafias? Una mafia practica múltiples funciones sociales y presenta distintos rostros y su motor es capaz de dominar lo político, el enriquecimiento criminal y el arraigo social. Con frecuencia, los medios adoptan la función del clero: determinando lo bueno y lo malo, orientando e influyendo en las decisiones de los gobernantes. De ahí a que muchos acusan a comunicadores de ser bocinas de procedimientos penalizados por la ley, simulando legalidad bajo la sombra de la ilegalidad. El sacrosanto deber de los medios es no ocultar la realidad para satisfacer a los agentes más discretos en los procesos mafiosos.

La esencia de los medios es garantizar las acciones por su transparencia y por el beneficio a la colectividad. En definitiva, el valor de los medios descansa en la transparencia de la información veraz.

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