DE VARIADOS TEMAS
¿Agrónomo para qué?
Evidentemente, la carrera de agronomía atrae a cada vez menos estudiantes. Y con razón, porque el incentivo a la siembra es asesinado por el crecimiento de las importaciones de productos agrícolas; por los contrabandos a través de la frontera (especialmente ajo) y por las mafias que el poder siempre crea para adueñarse del negocio de las importaciones y de su distribución.
Por demás, ¿a quién le interesa estudiar durante 5 años en una universidad, para, si tiene suerte, ir a ganar entre $15,000 y $25,000 mensuales en una oficina municipal del Ministerio de Agricultura, visitando lejanos campos subido en una motocicleta propia (para la cual no se le suministra combustible), y sin poder atender las peticiones de los agricultores porque generalmente no tienen semillas, plantas de plátanos, ni tractores para ayudarles?
La UASD realizó una graduación el 24 de abril pasado, en la cual se recibieron apenas siete estudiantes de agronomía, de los cuales cuatro eran estudiantes de extensiones de la UASD en el interior, es decir, que en la sede central de Santo Domingo solo uno terminó la carrera. Pero hay más: en la ceremonia del 14 de junio pasado, se graduaron apenas cuatro estudiantes de agronomía, de los cuales, (agárrese), tres eran haitianos que vuelven para su país.
Entonces, en el entendido de que esa facultad tiene un presupuesto asignado que se está desperdiciando por la falta de interesados en la carrera, ¿no resultaría más económico que la UASD pague una beca en el extranjero a los que quieren estudiar agronomía, en vez de gastarse lo que se gasta sin provecho proporcional?
Por cosas como las descritas, es que la UASD marcha por el terrible camino del derroche. En la extensión de Bonao, por ejemplo, hay cinco porteros designados para atender una sola puerta. Entonces, con ese panorama, ¿hacia dónde cree usted que se dirige nuestra querida Universidad Autónoma de Santo Domingo?.
Cuando se comprueba la realidad del campo dominicano, uno concluye en que lo que lee en la prensa es mayormente siembra de palabras infructuosas.
