ORLANDO DICE
En qué parará ésto
MANEJO INTELIGENTE.- Los partidos y los políticos tienen que manejarse con más inteligencia emocional en el caso Odebrecht. No se sabe todavía en qué terminará lo jurídico, lo legal y lo jurisdiccional, y el limbo conviene a todas las partes, pero políticamente puede decirse que ninguno de los sectores sale limpio, indemne. Eso de eludir el bulto y proclamar a los cuatro vientos que “son presos de Danilo” es una charlatanería. El dominicano de la calle o de gabinete tiene mayor agudeza mental para darse cuenta que lo quieren burlar o tomar por tonto. El fraude de Odebrecht no es de factura nacional, fue una derivación de Lava Jato en Brasil, y ni siquiera tocó la puerta. La tumbó, se metió y no hay forma de recomponer la cosa sin que produzca daño. El Procurador, que había dicho que “están todos los que son, y son todos los que están”, se corrige de nuevo, y no con nota de prensa, sino con declaración directa y personal. Pueden caer otros, dijo, sin especificar si pejes gordos o toros sagrados...
AL PASO QUE VAN.- Como andan las cosas, y nada convence que puedan cambiar de paso, la lucha contra corrupción y la impunidad no será bandera de ninguna organización política de importancia. Tal vez de grupos marginales, emergentes o alternativos. ¡ Y cuidado ! Las alianzas con el gobierno dan beneficio, pero cuando se rompen, aparecen los lastres. Llegado el momento habrá que pasar balance y posiblemente sean pocas las cuentas claras. ¿Cómo podrá un candidato del PRM hacer referencia a los imputados del PLD, si tiene los suyos? Será la publicidad de productos a la inversa. En vez del “me too”, será el “you too”. Ninguno tendrá autoridad moral, como se dice, para sacar el tema moral en el escenario, y lo más será darse golpes bajos, pero -- si acaso -- en el proscenio. O en los pasillos. O en los baños. Una decencia impuesta por la circunstancia...
TIRO POR LA CULATA.- El mayor riesgo y peor peligro es mandar y creerse el mensaje equivocado. Que con denunciar al contrario se preserva la inocencia propia. Por ejemplo, Luis Abinader demanda el debido proceso, y en eso se está. Complacido, pues. Hipólito Mejía se decide por las oficialías del estado civil y asume a Andrés Bautista y a César Sánchez hermanos suyos. Si el caso fuera protestado, y llevado a otra instancia, de seguro que se registraría como “ declaración tardía ”. Además, José Montás se le fue alante, y Temistocles Montás sí de verdad es hermano, como dicen, de sangre. Lo malo está en la derivación, en la inferencia. Esos pronunciamientos buscan lo imposible: cubrir con un manto de impunidad las posibles implicaciones o culpabilidades. Lo justo y correcto sería dejar la justicia fluir...
LO QUE PIENSA LA GENTE.- La percepción sería, y ya lo es, que si Hipólito Mejía fuera presidente de la República, esos sometimientos del Procurador a dirigentes del PRM no se hubieran producido. En su gestión, se recuerda, se archivaron expedientes o anularon procesos de manera inexplicable y sin utilidad. Solo para que figurara en la historia. No es que el gobierno lo haga mejor, pero por lo menos hace el intento. Primero apeó la reelección de la carreta, y segundo decidió actuar como si Odebrecht no existiera. Lo primero fue un caramelo a Leonel Fernández y su gente, al que ellos todavía no le quitan el papelito, y lo segundo una manera de salirse del cerco, el marasmo, y procurar que hechos nuevos, de hoy, sustituyan los viejos. Dije que esa política venía, y veo que otros reconocen que el gobierno se relanza. La idea es que en lo que llega el año, los nueve meses, los seis y los tres, el país recupere la normalidad. La de antes...