Opinión

EL BULEVAR DE LA VIDA

Dantés, Mota Ruiz, Trujillo y Dagoberto

UN VOCERO Y UN BOCHE.- En una de sus canciones, el genio de Úbeda queja del tiempo y de la amada: “qué poco rato dura la vida eterna por el túnel de tus piernas, entre Córdoba y Maipú”, ay. Pero aunque sea viernes, no esta uno por la labor romántica de ceder a la dulce tentación del lamento por amores tiernos idos, pero sí por el oficio de observador/aguaitador de la cosa política nacional, porque, caramba, ¡qué poco rato duró el mandado del presidente Medina al país, por vía de Felucho Jiménez, con boche cariñoso incluido a insistente al reeleccionista amigo de ambos y compañero en el Comité Político. El “mandado” consistía en hacer saber “a quien corresponda”, que no existe ninguna posibilidad ni está en sus planes modificar de nuevo la Constitución para hacer posible una tercera postulación.

UN ALFREDO MOTA RUIZ DEL XXI.- Pues mire Usted, que en apenas unas horas de conocido el mensaje presidencial vía Felucho, el joven abogado, José Dantés Díaz, miembro del Comité Central del PLD y director ejecutivo de la Comisión Permanente de Titulación de Terrenos del Estado declaró que, sin importar el mensaje del Presidente, será el país y no el mandatario quien finalmente decidirá si se repostula o no. Y dijo más: “es posible y hasta correcto desautorizar la promoción a destiempo de una nueva repostulación, pero no es posible desautorizar (...) los sentimientos de simpatía, (...) y apoyo que un pueblo (...) manifieste hacia un presidente y su obra de gobierno. (...) Así como no se puede pedir a alguien que no se enamore, porque usted no controla los sentimientos de la otra persona, así mismo no hay forma humana alguna de pedirle a un pueblo que desista de simpatizar a favor de alguien (...) si así lo siente”. Aunque Usted no lo crea, esas son las palabras de un relativamente joven político, formal y correcto, que no dice “haiga” ni “hubieron” y jamás “habemos”, pero que, como un don Alfredo Mota Ruíz del siglo XXI (ahora con Medina) considera que “Lo que Diga Balaguer” es lo que va.

EL FANTASMA DEL JEFE.- He ahí una muestra más de que la fiebre “no está en las sábanas”, que no murió el trujillismo como idelología y filosofía de vida aquel divino día en que unos heróicos y justicieros balazos “enfermaron de muerte” en El Malecón a Rafael Leonidas. Escúchenlas. Son las palabras repetidas de los subditos nacionales hacia cada presidente que en nuestro país presidente ha sido, llámese Leonel Fernández, Hipólito Mejía o Danilo Medina. (¡Quién puede olvidar el ridículo acto de recibimiento de firmas en el Palacio de los Deportes, EXIGIENDO a Fernández postularse POR CUARTA VEZ!). Pobrecito país el nuestro, haciendo de tripas un son para bailar sus penas, empecinado en alejar la posibilidad de llegar a ser -alguna vez- una nación de verdaderos ciudadanos de una República, y no un patio nacional de subditos de reyes que corona el Presupuesto. (¡Juan Bosch era un gigante! Perdón por la nostalgia.

HONROSAS PALABRAS DE UN DOMINICANO ESENCIAL.- Las que siguen son las palabras de “siembrahielo” y mango rosita que me envía un amigo de don Carlos y doña Yolanda, de don Pablito Ortiz, su pariente, un hermano de los banilejos y de todo el que se considera dominicano, hijo del país y sus costumbres, de su folklore y su alma a cuyo estudio ha dedicado su vida. Esto me escribe mi profesor y amigo, Dagoberto Tejeda Ortiz: “Estimado Pablo. Cada día que me encuentro con algún trabajo tuyo en el periódico tengo que leerlo para disfrutarlo y para compensarme, para sacarle la lengua a la soledad (...). Hoy, al leer tu artículo, le grité a una mata de mango que veo a través de mi guarida: ‘espero que no cambie”, que sepa no está solo y que todavía somos muchos los que pesar de los celulares, las computadoras, con toda la familia que hay en ellos, creemos en el amor, soñamos con la justicia, aspiramos a la esperanza y sentimos siempre que el amanecer es una tentación para un mundo mejor’. Estas en el camino correcto, Pablo. Cuando dejes de ser libre, mejor no escribas. Prefiero verte callado que ser una bocina sin pudor y sin respeto. Hermano, hemos bebido agua limpia y bendita por mucho tiempo. Tenemos ancestros que nunca se han ido. ¡Están presentes! Hemos pasado la dunas de Bani y el Sahara. ¡Somos lo que queremos!” Un abrazo, Dagoberto.

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