UN MOMENTO
La palabra corrompida
Desde las primeras décadas del siglo pasado hasta prácticamente principios de este medio milenio, la palabra de un hombre era la palabra honrada, se creía en la palabra, la palabra era como la propia firma, era firme como una firma y esa palabra era segura. Hoy día, dolorosamente, ya la palabra no tiene la misma fuerza.
Hay palabras corruptas, corrompidas; hay palabras ambiguas, palabras engañosas, malas palabras, palabras dañinas; cuando se decía hombre de palabra, era un hombre que se mantenía firme en su palabra, hoy día, dolorosamente, encontramos tantas palabras que engañan, tantas mentiras, que podemos encontrarlas en todas partes, en las personas, en las redes sociales, en la prensa, por eso hoy día se necesita ser crítico frente a las palabras que se dicen y hay que cuidarse.
Ojalá, y seguro que evolucionaremos de nuevo hacia ello, volvamos a ser hombres y mujeres de palabra.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.