REFLEXIÓN DEL ALMA
Niños desvalidos de nuestra Patria
Es tristísimo ver que esos infantes están ávidos de amor, porque muchos progenitores, familiares, o extraños no los quieren. Me expreso así, porque recientemente, iba en mi vehículo paralelo a otro que llevaba una señora; ambos automóviles estaban en una cola muy larga detenidos; al auto de la señora, se le acercó un pequeño pedigüeño pidiendo una limosna, la señora le habló mal y el niño salió corriendo avergonzado.
¡Es una verdadera lástima! ver en nuestras calles personas inhumanas, hiriendo a pedigüeños pequeñitos, que muchas veces no tienen familias, viviendo a la buena de Dios y sus protectores no les hacen caso; otros no quieren o no pueden mantenerlos; finalmente, algunos pequeños sin desearlo, se convierten en delincuentes. En la pobreza, vemos demasiadas realidades terribles para ellos mismos; niños tocando los vidrios de autos privados pidiendo limosnas, muchas veces no salen bien sus peticiones. Observé desde mi automóvil, otro auto grande con una señora a quien un niño harapiento pidió una limosna, a cambio la señora le dio un boche, y el pequeño salio corriendo hecho lágrimas.
Mi automóvil estaba detenido frente al semáforo, le hice una señal a la señora, quien sonreída aparcó su auto y nos acercamos, ambas caminamos y nos presentamos; ella me conocía, le agradecí el tiempo y le pedí excusas por haberla llamado sin conocerla, le expresé que por favor me dijera lo que le habló al pequeño porque iba llorando.
Ella me respondió: “No se preocupe, le dije lo que tenemos que decirles a los pedigüeños, porque no deben de estar en las calles molestando a uno”. Le pedí que no se marchara porque teníamos que conversar; considerando que no podía quedarme con esa respuesta. La señora me conocía, y risueña me complació, ambos autos se aparcaron a la derecha, me bajé y ella hizo lo mismo. Le dije: Perdone, de un impulso mío quise investigar el despido del pequeño que corrió con sus manitas vacías. Me dolió ver aquello y quise detenerla en estas circunstancias. La señora me dijo “no se preocupe, porque usted me ha dado una lección muy valiente de su parte, porque si hubiera sido un hombre violento, le da un balazo. Le respondí, dándole mi nombre y le agradecí su bondad al no reprender mi intervención aunque humana, no debí de hacerlo porque cada persona hace con su vida lo que guste.
Esa noche dormí mal, porque no tenía que llamarle la atención a nadie, aun fuera por humanidad; consciente que no podemos inmiscuirnos en vidas ajenas. Ese problema estriba, en los principios morales de nuestra tierra. He expresado, que en colegios dominicanos hay que poner como materia de gran importancia, Valores Morales, porque de ahí pueden salir mejores hechos.
Enfocando la pobreza, comprenderemos que ésa pobre infancia anda suelta sin que nadie la detenga; sus progenitores en minoría trabajan para alimentar a sus hijos, a pesar de que para lograrlo tienen que llamarlos en las calles, porque como expresé andan solitos en su propio albeldrío; La infancia más sufrida en nuestra amada Patria se encuentra en la pobreza extrema; es un caso patético donde El Estado debe insistir en su educación, consciente que sin educar de punta a punta de nuestra Patria, nunca saldremos adelante; aunque se han hecho varias escuelas y la ignorancia ha disminuido en este Gobierno. Este tema debemos hablarlo siempre señalando que no podemos disminuir la enseñanza porque todavía existe demasiada ignorancia en nuestro país.
Estoy segura que El Señor, bendice nuestra Patria diariamente; a consecuencia, evolucionaremos poco a poco, para bien de la República Dominicana.
