UN MOMENTO
Fraternidad dominicana
Desde aquel célebre 24 de abril del año 1965, lo celebramos todavía, lo tenemos presente, era un servidor estudiante aún, finalizando mis estudios sacerdotales.
Recuerdo cómo ese día los dominicanos se enfrentaron cruelmente, fuertemente, duramente, y de aquellos enfrentamientos sangrientos salió una fi esta, la fi esta de la fraternidad dominicana, el 24 de abril.
Se cayó en la cuenta de que los dominicanos debíamos enfrentar nuestros problemas, como se hizo en ese momento, pero no podíamos hacerlo matándonos unos a los otros, y de ahí surge la idea de que debemos ser hermanos.
El ser hermano no signifi ca ser pasivo, aprendimos nosotros que nos hemos de hacer que nuestros problemas los sepamos resolver.
Hay que resolver los problemas, pero hay que resolverlos de una manera que no sea violenta, que no nos matemos los unos a los otros, que podamos ser hermanos.
La guerra, y hay que repetirlo hasta cien veces, es un estado muy primitivo de la humanidad, el hombre de la caverna era violento, siempre que hay guerras está volviendo a la caverna, pero hay que enfrentar los problemas y las difi cultades como hermanos.
Es por eso por lo que a nosotros se nos da hoy la fraternidad dominicana, tenemos que enfrentar hoy los problemas de hoy, dígase corrupción e impunidad, dígase asaltantes. Cómo los podemos resolver sin matarnos, ese es el efecto.
El 24 de abril nos recuerda que necesitamos otra revolución, pero no una revolución con sangre, sino una revolución que ojalá se conserve verde.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.