ORLANDO DICE

¡¡Mónica, Mónica!!

PERICO EN LA ESTACA.- Pensé que los muchachos ya estaban grandes para el cuento de Caperucita Roja, a menos que el lobo fuera un “transformer”. Ciencia ficción, por tanto: ¿Qué pasaría si Joao Santana no cantaba, sino aullaba, y en vez de confesar, ocultaba, dejando a Perico en la estacada? Santana era el principal compareciente en la audiencia del pasado martes, y sin embargo hubo un cambio de papeles y ese rol lo asumió Mónica Moura, y dejó a todo el mundo con las ganas, excepto al Comité Político del PLD. Por no mencionar al círculo intimo del presidente Danilo Medina en el Palacio Nacional. José Ramón Peralta, biblia en manos, parecía un profeta del Viejo Testamento. Nervioso como nadie, pero saliendo por la puerta ancha. Los leones de la escalinata ya le hacen el saludo y él responde con un regocijado “qué tal, colegas”. Mónica, MónicaÖLa prensa dominicana se refiere a ella como la esposa, pero es más que compañera de cama o de vida. Es socia. Y no cualquier socia, pues parece que maneja la cuenta. Sabe tanto o más que Santana, y se supone - además - que lo diga vale por los dos...

OPERETAS AL USO.- En la modalidad de la “delación premiada” nunca se sabe, pues los culpables que aceptan el procedimiento lo hacen con la finalidad de salvarse, y siempre abundan, se pasan. Los convocan para una sola canción y después no quieren apearse de la tarima. Marcelo Odebrecht, por ejemplo, no hay modo de callarlo. Emilio, el papá, matiza, pues una cosa es colaborar y otra entregarse en manos del destino, sin ningún control. En ese sentido convendría no cantar victoria, y seguir esperando. La pareja tendrá que afrontar otras instancias, y los humores no tienen necesariamente que ser los mismos. Fácil de entender, aunque no de aceptar. Los brasileños no tienen porque favorecer intereses políticos dominicanos, sean del gobierno o de la oposición, aun cuando las controversias nacionales se originen en sus procesos. Las expectativas nunca tuvieron fundamento propio. Y las manipulaciones, como viajeros que llegan tarde al andén, no siempre se montan en el tren. Conozco dos o tres que se gozan sus maldades, sin importar nada más...

AVERIGUAR RELACIONES.- Hay más riesgos en una apuesta fuera de banca que en una cita ciega, y aquí hay gente que compra números, pero nunca los confronta, y el premio se queda en taquilla. Por ejemplo, se calculó que Joao Santana y Mónica Moura vomitarían el nombre de Danilo Medina e incluirían sus dos campañas, pero en especial la última, entre las beneficiadas con los dineros de Odebrecht. Que serían testigos de cargo. Nadie hace una diligencia crucial: Averiguar las relaciones entre las partes. Si quedaron bien, o si no pueden verse ni en pinturas. Santana y Moura tienen problemas en Brasil, no en República Dominicana, y por tanto ¿qué razón podía llevarlos a ser ingratos con Medina, una mano que los alimentó, e incluso reconoció sus méritos en las horas de poder? La verdad o la mentira se quedarán en la maleza, como el león al acecho, sin dar por seguro que la presa acudirá a beber al río. ¿De dónde le venía la seguridad a Peralta o el gobierno de que el testimonio de Joao Santana sería decisivo para quitarse de encima, no la sospecha (que se mantendrá), sino el acoso de sus oponentes, o de la calle o de los partidos?...

LO QUE HABÍA DICHO.- La petulancia no es buena, pero las primicias son primicias. Dije que mis informaciones eran que Joao Santana llegó al país por vías diferentes a Odebrechet. Que se supo del estratega brasileño cuando trabajó exitosamente en El Salvador, en la elección de Mario Funes, y se decidió contactarlo. Lo hizo un empresario con intereses en Centroamérica y la asesoría fue pagada por amigos del candidato. Solo que eso no era lo que se quería, que tanta inocencia ni en el Paraíso, pues Dios se equivocó, y además de la serpiente Eva y después Adán. La exclusión de Mónica Moura no cambia en nada el panorama, aunque sí devuelve confianza al gobierno, mucho más ahora con la homologación. La pelota en su cancha y jugará a su antojo, pues conocidos los nombres, lo demás será pan comido. Incluso, no será asunto de fiscales, que no podrán discernir, sino de abogados, cada cual con el suyo, que deberán usar su ciencia y procurar la mejor solución a sus clientes. Dentro de 30 días, como se dice, la justicia dominicana tendrá pilas nuevas o andará en patines...

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