En la diana
Primer Tiro Con la decisión de aumentar 25 puntos básicos a su Tasa de Política Monetaria (TPM), el Banco Central avanza de manera significativa hacia lo que aquí se ha considerado es su principal reto: Lograr una combinación de tasa de interés doméstica y tipo de cambio que ayude a absorber el choque externo negativo, pero sin generar expectativas de devaluación más allá de la presupuestada, o de la que es necesaria para mantener constante el diferencial de tasa de interés, y sin que la inflación se salga del rango de la meta contemplada en el Programa Monetario. El asunto básico es entonces la definición de la combinación óptima de tasa de devaluación y de tasa de interés.
El diferencial de tasas de interés existente antes del desmonte de la flexibilización de la FED debería ser mantenido, por lo que podría ser conveniente prepararse y analizar el escenario e impactos de otros aumentos de tasas de interés. El aumento citado debe interpretarse como reacción al reciente aumento de la FED, y nuevos aumentos podrían o deberían ser preventivos a los casi seguro nuevos aumentos de la FED.
Segundo Tiro Pero como también fue dicho, hay que crear un marco fiscal de mediano plazo que asegure la estabilización de la deuda pública total consolidada como porcentaje del PIB, y al mismo tiempo crear las condiciones para absorber los efectos de una política monetaria más apretada que no genera desempleo. La combinación tasa de interés y tipo de cambio es asunto del Banco Central, pero la generación de los superávits primarios requeridos para iniciar la estabilización de la deuda pública es asunto del Gobierno, y he aquí que las variables precios del petróleo y déficit de las empresas eléctricas se convierten en cruciales. La terminación y puesta en operación de Punta Catalina primero, y la reducción del porcentaje de pérdidas en distribución luego, son acciones necesarias que requieren inversiones públicas que por definición aumentan el déficit fiscal primario.
Aunque el impacto de Punta Catalina siempre será mayor que la reducción de pérdidas, es necesario corregir lo dicho en la entrega trasanterior, pues en su discurso del 27 de febrero, el Presidente Medina habló de un ahorro “anual” de US$ 440.0 millones.
Tercer Tiro Corrigiendo también el escenario base de la estimación del impacto de Punta Catalina presentado en la entrega trasanterior, haciendo que la demanda de todo el sistema se corresponda con lo registrado durante el año pasado, y ajustando los precios de venta y de compra al escenario actual de precios del petróleo, el ahorro de Punta Catalina podría llegar a US$ 220.0 millones anuales. Hay que financiar la terminación de la planta, y el Gobierno debería hacerlo sin aumentar la deuda pública, y la única forma de lograrlo es mediante la venta de activos, incluyendo en los mismos las acciones propiedad del Estado en las empresas de generación, tal como fue propuesto por otro prestante economista. La reducción del gasto en subsidio eléctrico debería ser una medida complementaria a un significativo aumento de los ingresos que se producirían con la revisión y racionalización del sistema de exenciones impositivas. Pero lo fundamental es saber y tener pendiente que el balance de los riesgos internos y externo también requiere de una impostergable generación de superávit fiscal primario.