Actitud antivaldez

Nada ha marcado tanto la historia económica del país en los últimos 20 años como la confianza y la estabilidad mantenida en 16 de ellos con devaluaciones mínimas y baja inflación. Se han derrotado todos aquellos experimentos que hubieran resultado ruinosos, y que los años de crecimiento y de estabilidad de que hemos disfrutado no han desviado un ápice el modelo establecido desde 2004. El gobernador del Banco Central se le conoce como un funcionario eficiente, previsor, humilde y solidario; sus adversarios: egoístas. Tanto éxito le hace blanco de ataques arteros para contrarrestarlo. Clara ambición para reemplazarlo por vía de desacreditar la política monetaria.

Las recientes declaraciones del ministro de Economía y Planificación instando a la flotación libre del dólar para “eliminar las distorsiones”, andanada que insiste en repetir: “que el país no genera los dólares que necesita”, es la mejor prueba. Ha esgrimido su argumento pintándonos un panorama que difícilmente encaja con las buenas perspectivas y terminan en aventuras arriesgadas.

Es decir, premiar a quienes se guían por la especulación. “Él es la mano que mece la cuna” y otro ministro el autor intelectual”. No basta que en dos oportunidades el gobernador del Banco le ha salido al frente y la confirmado que la economía genera 24 mil millones dólares; que la banca nacional transa 21,500 millones en compra y 21,300 millones en venta. Incluso, hasta el propio presidente Medina es refutado por el Ministro, pues el 27 de febrero próximo pasado él destacaba la cifra como válida; también el Consejo de la Empresa Privada (CONEP).

Para fortalecer la trama el ministro de Economía agrega que: la República Dominicana “adolece de un problema estructural” desde hace décadas en el mercado de divisa, “donde se consumen más dólares de los que se producen”. “Obviamente, lo correcto es dejar el mercado totalmente libre”. “Esa es la solución”.

Igual opinión tiene el ministro de Industria y Comercio, que unido a otros, se han atrincherado y colocando toda una barrera de protegidos, conexiones, y modelo de funcionariado que ha creado todo un atornillamiento, y con total audacia se lanzan contra la pragmática política del Gobernador. Proponen sus “innovaciones” que, a corto plazo, nos perjudican como ya ha sucedido antes con el perredeismo devaluador que cayeron en la trampa de asesores y funcionarios que promovieron una mortífera liberalización de la moneda estadounidense.

El Banco Central nos ha dado confianza social; la tranquilidad social no es un caso aislado. ¿Por qué no desconfiar de gente tan poco experimentada? ¿El pasado reciente no lo capitalizó el PLD cuando el descontento descomunal de aquellas malas decisiones económicas puso en condiciones críticas las reparaciones de los daños de la crisis de confianza? Cuando se glosan los éxitos de Héctor Valdez, que le han conducido a un genuino liderazgo en sus responsabilidades sin pretender la tradicional búsqueda de una imagen presidencial a que nos tienen acostumbrados muchos servidores públicos, no todos aplauden y aprecian esa conducta. De ahí las asechanzas, la intriga y “las sugerencias innovadoras” como trampas de camino, como señuelos para despistar, tareas típica de venganza por no complacer a gente contagiada del halo del poder, que se arroga privilegios y saca provecho personal de su trabajo público. Así que es falsa la teoría de la economía competitiva acelerando la devaluación. ¿Pero es que quedan dudas del pasado?

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