FUERA DE CÁMARA
Lo tomo prestado

“.... Hipocresía, morir de sed habiendo tanta agua” (Bolero)
Fue el cuentista, novelista y dramaturgo inglés William Somerset Maugham quien patentó la frase en su memorable obra “El Filo de la Navaja”, que me leí siendo un adolescente por recomendación de mi amigo Federico Lebrón Montás en aquellos años de mi natal San Cristóbal:
“La mayor expresión de cobardía es el suicidio por temor a la muerte”.
Somerset lo escribió en medio del holocausto nazi --El Filo de la Navaja se publicó en 1944--, cuando se decía con insistencia en la Europa ocupada que los judíos se estaban suicidando masivamente en los campos de concentración para mitigar el sufrimiento.
Por supuesto, era parte de la propaganda de Joseph Goebbels para justificar el exterminio masivo de judíos cuando se hacía inminente la caída aparatosa del Tercer Reich y quedaría en evidencia aquella atrocidad contra la humanidad.
Donde el “suicidio por temor a la muerte” sí tuvo expresión masiva fue un año después --precisamente en el colofón de la Segunda Guerra--, cuando las tropas aliadas ocuparon las islas del Pacífico, en Saipán y Okinawa, donde se calcula que cerca de 50,000 japoneses civiles saltaron de los acantilados y los militares se hicieron el harakiri.
Después, la “filosofía del sufrimiento” o el camino del victimismo ha sido práctica habitual frente a la impotencia de la pobreza cuando se pierde totalmente la esperanza en el liderazgo...
... Las ganas de dar pena Lo que dije aquí hace unos años refiriéndome a la controversia haitiana, lo retomo con carácter local para insistir en la perversidad de quienes venden su pobreza moral buscando conmiseración y haciéndose las víctimas, y eso se está repitiendo con algunos personajes del liderazgo dominicano que alguna vez tuvieron vigencia.
Llegan al descaro de mentir impunemente para presentarse ahora como víctimas de una corrupción oficial que ellos intentaron desde el gobierno y que precisamente les costó los puestos a los que llegaron aliados al Partido de la Liberación Dominicana desde los tiempos de Leonel.
No son capaces de hacer especificaciones sobre los corruptos que dicen abundan en el actual gobierno y mucho menos los actos de corrupción que les atribuyen, limitándose a señalar “los sobornos y las coimas de Odebrecht”, pero sin mencionar casos específicos ni pruebas, ni la menor evidencia.
Esa es la parte más grave de todas las infamias que se han dicho contra el gobierno de Danilo Medina, a quien responsabilizan directamente de irregularidades supuestas o reales sobre las que ni siquiera los propios acusadores de Brasil le atribuyen responsabilidad al mandatario dominicano.
... Todo saldrá a la luz A los aliados del PLD que estuvieron en los cuatro gobiernos de ese partido previos al actual período, no les luce salir ahora culpando a los dos últimos presidentes de las irregularidades cometidas por Odebrecht en la ejecución de obras de infraestructura...
... Porque en algunos casos ellos alentaron a esa constructora brasileña a expandir sus negocios en la República Dominicana, y en dos casos específicos aceptaron invitaciones a Brasil --a todo lujo--, para conocer a sus principales ejecutivos, recorrer sus instalaciones y ver en el terreno algunas de sus obras majestuosas. Otros se agenciaron la cercanía de los representantes de Odebrecht en el país, en el caso particular de Ángel Rondón, para ganar favores de los brasileños a quienes hoy atacan con el deliberado propósito de enredar a Danilo en esa maraña mafiosa. Olvidan que de todas sus tratativas hay pruebas, evidencias, testimonios...
Nadie niega que Odebrecht hizo mil diabluras en el país y debe pagar por ellas... Pero no todos pueden denunciarlas... En ocasiones más vale callar. (Parte de este texto lo tomo prestado de una columna anterior)