EL BULEVAR DE LA VIDA
El discurso
DE FIESTAS Y DISCURSOS Los ricos, cuando tienen problemas dan una fiesta; los políticos, en cambio, ofrecen un discurso; por eso el de ayer fue casi perfecto, porque cuando está fallando la ética, la estética debe ser impecable. Lo fue, salvo en los momentos en que el Presidente se acelera en la lectura y pierde el ritmo y sacrifica la dicción. Pero fue un buen discurso que el mandatario inició desmontando el morbo que el caso Odebrecht despierta en la población, al anunciar que sí se iba a referir al tema, para de inmediato pasar a hablar de “la justa indignación ciudadana” (una manera de apoyar las marchas de verde y verde). Ese fue el primer acercamiento al tema, para de ahí pasar a cantarse sus verdades con la Sinfónica Nacional de fondo, pues arrancó Medina con su mejor afinación, en plan 4-40, o sea, hablando de sus logros: nuestro liderazgo continental en el crecimiento económico, y el regional en turismo. Como destacó el dato de que tenemos el menor déficit fiscal de toda la décadaÖ por ahí siguió.
“PRIORIZANDO LO PRIORITARIO” Si los tres grandes temas nacionales son hoy la educación, la salud y la seguridad, lo correcto es dar prioridad a los hombres y mujeres responsables de ellos: por eso, Medina recordó las mejorías salariales a médicos y maestros, y anunció las de los miembros de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. El aumento salarial no es la solución de los problemas de esos sectores, pero sí un requisito previo e indispensable. Y habló de avances en la lucha contra la pobreza, y presentó los avances de las políticas sociales, con énfasis en la primera infancia y las estancias infantiles, y dale que te pego con la revolución educativa que en su segunda parte se concentrará en mejorar la calidad de la enseñanza a partir mejorar de la calidad de los educadores, que desde Sócrates y sus charlas se sabe que la calidad de un sistema educativo se mide por la calidad de sus maestros. Claro que todo lo avanzado en las políticas sociales, que con dedicación y esmero de dulcera banileja lleva a cabo la vice Margarita, mas el tema del aumento salarial de médicos, guardias y policías, nos conducen a una pregunta con gadejo. ¿Y de dónde van a salir los chelitos para llevar a cabo y mantener lo hecho hasta ahora, mas lo prometido? O sea, ¿de dónde saldrá la sostenibilidad financiera de todo ese maravilloso sistema de protección social si no hay Pacto Fiscal ni revisión de subsidios ni exenciones ni planes de mejoría de la calidad del gasto público?
PACTOS DE LA MONCLOA NACIONAL Al final de su rendición de cuentas, el Presidente hizo lo que hace tiempo debieron hacer todos los que en el PLD y el PRM (y sus bloques) se consideran honrados: sumarse a la indignación nacional y -de verde- marchar y firmar contra el sistema de impunidad que inauguró el postrujillismo y desde entonces no ha hecho sino perfeccionarse en los gobiernos del PRSC, los del PRD/M y del PLD. Por todo lo dicho por el Presidente sobre el tema de la corrupción y la impunidad, el Ministerio Público y todo el sistema de administración de justicia deben saber que en sus manos queda la credibilidad y con ella la autoridad moral del Estado dominicano y su gobierno.
LA FRASE Por suerte, sabe el presidente Medina lo implacable que en estos temas de la corrupción y la impunidad puede llegar a ser la historia, y en especial puede llegar a ser la justicia internacional en estos tiempos de redes y embajadas cínicas. Por eso, la frase central de todo el discurso fue una que muchos peledeístas despistados y enfermitos de “teoría de conspiración” se niegan a hacer suya, tomando para así un muerto que es de muchos, casi todos. Esta es la frase: “Yo, Danilo Medina, soy el primer abanderado contra la corrupción”. Ahí están las palabras, el tiempo traerá la obra. Si el PLD y el PRM junto a la Iglesia concordada y “Las Familias” (con o sin su CONEP/IDEM/ COPARDON o AIRD) no llegan a acuerdos para desmontar con franqueza y sinceridad el entramado de corrupción e impunidad que entre todos en 50 años han montado, más temprano que tardeÖ “habrá sangre de nuevo en el país”, y con la sangre siempre llega el caos, la parca, la pena, los adioses.