ORLANDO DICE

Fracasos y errores

NOCIONES COMUNES.- Nadie sabe cómo se produce el milagro de que las que antes eran líneas paralelas ahora se junten y que la observación política se maneje con nociones comunes. Coincidencia en la fatalidad. Ahora se reconoce el fracaso del llamado Bloque Opositor, que nunca ha sido verdadero bloque y oposición solo a un triunfo electoral que no pudo desmeritar. Igual se le restriega en la cara el error de abandonar el Diálogo de Agripino sin tener a mano una mejor salida. Fracaso y error que se expresan en una Junta Central Electoral que fue conformada sin su participación, anuencia y beneficio.

La consecuencia de esa actuación descabellada tampoco escapa al dominio de los analistas. Todos convergen en lo mismo. La incapacidad política cede su espacio a algo peor. La nulidad de iniciativas que se avengan con la circunstancia. No es raro que se deprima una persona, y con un faculto y pastillas puede superarse toda caída de ánimo. Pero cuando se trata de un grupo, la cura no es tan fácil, y en el mejor de los casos, llevaría tiempo, pues la propia condición de grupo podría ser el mayor inconveniente…

EL ÁRBOL TORCIDO.- Ahora se descubre que lo que no se pudo lograr de manera individual, tampoco de conjunto.

Que la dificultad no está en los apóstoles, que por igual son doce, sino en la ausencia de un Mesías. Pero eso era previsible, pues fue visible en la campaña. No hubo un candidato que pudiera asumir el reto de enfrentar con éxito la reelección. No hace tanto para no recordar los esfuerzos fallidos de alianza, y todavía más. Si se observa con atención el panorama posterior, se verá a la mezquindad hacer de las suyas. Como se abjura de los propios fueros, tan auspiciosos en su momento. La naturaleza de la política dominicana no cambia, no importa la circunstancia. Por ejemplo, el maco con cacata nunca llenará su cometido. No habrá forma de que cruce el río y llegue a la otra ribera. En la Cámara de Diputados se visualizan asociaciones contra natura, y lo peor es que se hacen burla del establecimiento al que deberían pertenecer y se declaran independientes. Entonces, si no se es fiel en lo elemental, ¿cómo serlo en lo complicado? Árbol que crece torcido, nunca sus ramas endereza…

EVALUACIÓN Y CAMBIO.- La situación obligaría a cualquier colectivo razonable a volver sobre sus pasos, y ver qué anduvo mal y qué puede corregirse, y hasta ahora no se nota esa disposición. Los muy enterados saben de los conflictos internos, pues cada cual tiene su propia pena, y las dificultades para ponerse de acuerdo en asuntos sencillos. Solo los junta el resentimiento, y con resentimientos no se crean condiciones de lucha, pero tampoco una fuerza política capaz de alcanzar en lo inmediato objetivos estratégicos. Los vientos no son favorables, pero además, ¿cómo remontar vuelo con tanto peso muerto y las alas caídas? El llamado Bloque Opositor deja mucho que desear en escena, y hasta ahora cada miembro es vocero ocasional del colectivo, como si cederse la palabra fuera el único gesto de unidad posible. Ese ser todos iguales resulta fatídico, porque no se corresponde con la realidad. Por ejemplo, personajes figurando en público que debieran estar flagelándose en sus aposentos por su mal desempeño en las pasadas elecciones…

ZAFAR COYUNDA.- El PRM que tuvo suerte en conseguir aliados para llorar y clamar en la desgracia, y no en la hora de las posibilidades, debe ser el primero en subir el estribo y tumbar del caballo a esos infortunados compañeros de ruta.

Después de las regurgitaciones de campaña no tiene sentido que siga perdiendo tiempo en una causa perdida, a la que corresponde pasado, y no se ocupe de las tareas que impone, ya no la circunstancia, sino el futuro inmediato. El fardo del llamado Bloque Opositor es muy pesado y a cualquiera le rompe el lomo. Y todo a cambio de nada, pues no le reconocen ascendiente. Los comunicados debieran leerlos siempre los directivos de Moderno, constituyéndose en un real polo de oposición, en el interlocutor válido que hasta ahora no tiene el Gobierno, y que sin considerar sus propios deseos deja en sus manos todas las decisiones. Hay apuestas que pueden hacerse si mirar los números, y una sería que nunca Guillermo Moreno o Minou Tavárez apoyarían una candidatura de Luis Abinader…

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