PUNTO DE MIRA

Fidel un león de 7 vidas

Fidel Castro ya es un mito que crece en lontananza. Su aura parte con el agitar de banderas y las controversias que levantó para convertirse en el político que enlaza dos milenios. Fue el leo por antonomasia: orgulloso dirigente, amante de la escena, del poder creativo, generoso, de sensibilidad social y con las siete vidas del gato.

El líder histórico de la revolución cubana fue resultante de las convulsiones de la Era de Acuario. A finales de la mitad del siglo pasado comenzó un sacudimiento mundial que aún dura.

La época de su emergencia fue de escándalos, muertes de prominentes; guerras internas y sacudimientos sociales.

Para entender a Fidel hay que enmarcarlo en su tiempo.

Todo está dicho sobre este genio de la política. Amado y odiado. Alabado y reprobado. Con suma astucia pudo eludir las presiones del adverso Estados Unidos. Incontables presidentes norteamericanos, dirigentes de la CIA y el Pentágono complotaron para derribarlo o aesinarlo y los despachó con su colorida elocuencia y negociaciones sagaces.

Se alió a los rusos como sombrilla contra USA y de la Crisis de Octubre de 1962 logró alejar de sus costas la milicia norteamericana aunque cedió la presencia de Guantánamo.

Son acuerdos no publicitados pero evidentes. Los pupilos del Tío Sam no cejaron en su apoyo a los adversarios mientras Fidel alentaba revolucionarios americanos.

La caída del régimen bolchevique desguarneció a Cuba y Fidel hubo de inventar fórmulas de apaño para sobrevivir al dogal económico forjado en su contra por Norteamérica, con unas sanciones de aislamiento que aún perduran.

La presencia en Venezuela de Hugo Chávez significó un aliento y el intercambio comercial y político entre ambos gobiernos que palió las presiones de los precios del petróleo.

La realidad económica mundial, los problemas de salud y las demandas internas llevan a Fidel a ceder el control del Gobierno a favor de Raúl Castro.

Con su recuperación se queda tras el escenario con el control efectivo para servir de equilibrio entre la vieja guardia que pierde fuerza y los nuevos tiempos que reclaman posiciones.

Raúl es el dirigente de la apertura.

Fidel el coherente socialista que muere aferrado a sus convicciones.

Los dos hermanos hacen su papel en la escena política. El portero de los nuevos tiempos y el blasón de las glorias.

Portada de la Cuba que estrena nuevos tiempos.

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