Una Carta a Wally Brewste
Usted como representante plenipotenciario del Presidente de los Estados Unidos, siempre será respetado en nuestro país, ya que aunque muchos no coincidamos con su agenda LGBT, usted siguió la agenda de su interés socio-político y la libertad de expresión, como la mía en este momento, junto con su libertad de pensamiento, nos une en una causa de libertad constitucional, la cual está por encima de nuestros intereses.
Pero también quiero resaltar que su agenda LGBT no es odiada por los dominicanos, la pro aborto sí, pero no la LGBT. La agenda LGBT es una apología de un segmento social que quiere sentirse libre de expresar también sus emociones, lo cual es bienvenido por los dominicanos. El problema siempre radicó en la violenta imposición.
Todos sabíamos, distinguido embajador, que su tiempo era limitado, como el de todas las personas en el poder, por eso creo que la causa de no alcanzar un éxito más desarrollado en su agenda fue la velocidad de imponer un cambio cultural, más alto de lo que una sociedad tradicional podría aceptar. Pero más aún creo que las inferencias en el sistema dominicano fueron muy abiertas y chocantes, publicaciones en Twitter y diarios, de una manera muy directa para los dominicanos.
Quiero decirle señor Brewster que con lo poco que nos tratamos usted, su pareja y yo, sumando las charlas con su esposo por mensajes de texto, que ustedes me parecen una pareja excepcional y con una visión de principios muy respetables. La verdad es que ustedes me parecen personas extremadamente agradables. Quizás si hubieran utilizado el mismo sistema para hablarle a los dominicanos, no habría habido los roces culturales que incluyeron la reacción abrupta del Cardenal, el cual se justificó en la fuerza que usted utilizó para imponer su agenda.
Esta publicación trata también de explicarle a usted antes de irse que los dominicanos quizás se burlan en ocasiones de alguien amanerado, pero la burla no es tan agresiva y opresiva como lo es en Estados Unidos. El bullying aquí no es causa de trauma, porque debido a las carencias económicas y sociales de un país tercermundista, no podemos detenernos ninguno, a preocuparnos por eso. Pero más aún quiero decirle que si alguna de esas personas homosexuales se molesta, tiene derecho a reclamar que no se le moleste, al igual que cuando dos heterosexuales se insultan porque no se agradan puramente. Lo que es inconcebible es que por una persona ser homosexual tenga más derechos que una persona normal. Es decir, si un dominicano le dice a otro un insulto en cuanto a la religión, no importa y no es personal, pero si es en cuanto a su sexualidad es un demonio, en eso no estoy de acuerdo.
Fuera de las diferencias en cuanto a su agenda, que Dios le bendiga y tendrá siempre las puertas abiertas de mi amistad y respeto personal.
“El hombre nace libre, responsable y sin excusas.” Jean Paul Sartre
