CRONISTA DE PASO
Medios, periodistas y analistas
Las elecciones que recién acaban de concluir en Estados Unidos, y en las que Donald J. Trump obtuvo una contundente victoria para convertirlo en el Presidente electo de ese país, nos dejan un espacio abierto para la reflexión y el cuidado a la hora de aventurarnos a hacer vaticinios, influenciados quizá, por la intensidad de “los vientos”.
No solo los periódicos más influyentes de Estados Unidos y las grandes cadenas de televisión, sino también connotadas figuras del análisis de la política, dentro y fuera de esa nación, “se fueron de boca”, pronosticando que hoy la candidata derrotada tenía todas las de ganar esos comicios y ofrecían posibilidades escasas a su contrincante.
Leí y escuché un sinnúmero de análisis, incluso de entre nuestros propios colaboradores en Listín Diario, sobre las ventajas políticas que adornaban a la candidata demócrata Hillary Clinton, además de su experiencia en el manejo de cuestiones de Estado, que parecía que las elecciones del pasado 8 de noviembre eran un asunto meramente protocolar porque, de acuerdo con todas las encuestas, todo estaba consumado.
Pero resultó en una ilusión que arrastró a los analistas más liberales de dentro y fuera de Estados Unidos.
No le prestaron mucha atención al fenómeno que comenzó a emerger como un terremoto, primero en las internas del Partido Republicano, y después como un “ciclón batatero”, para ponerlo en buen dominicano durante la larga campaña electoral.
¿Acaso la clase conservadora de Estados Unidos estaba ajena a los acontecimientos que se han producido en toda Europa sobre el problema que representa la migración ilegal que le ha generado situaciones muy desagradables a países como Francia, Alemania y el Reino Unido, entre otras?
¿Nos detuvimos a pensar por un momento que con el mundo en contra, los medios de comunicación, los opinólogos de las redes sociales, la poderosa maquinaria propagandística y mediática del Partido Demócrata, además de los ataques feroces dentro y fuera de su partido, Trump se mantenía firme en sus posiciones, a veces muy ácidas, pero que conectaban con un sentimiento de millones y millones de estadounidenses?
Pienso que algunos se olvidaron por el momento del rol de periodistas o de analistas objetivos y se dejaron llevar de la propaganda para convertirse, por omisión y quizá sin advertirlo, en activistas de la campaña electoral de Hillary Clinton y los intereses corporativos que representó en esta coyuntura estelar de Estados Unidos y el mundo.
Pero los resultados fueron según la voluntad mayoritaria de los ciudadanos estadounidenses, ni más ni menos.
