CONTACTO
Espacio de Juan Ramón Jiménez
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“Los dioses eran demasiados remotos y demasiados felices, retirados como buenos epicúreos para mezclarse en los sucesos terrenales” (Santayana, 1995). La variable de los dioses en el poemario va en la dirección de una multitud de facetas que oscilan entre el monoteísmo, el politeísmo y el panteísmo.
La relación de la voz poética con un ser superior va desde una condición casi de iguales, con la diferencia de la inmortalidad y el reconocimiento, sumisión y dependencia absoluta que se expresa al fi nal del poema.
“Lo más bello es el átomo último, el solo indivisible, y que por serlo no es, ya más, pequeño. Unidad de unidades es lo uno”. (Jiménez en Harretche, 2006). La idea anterior, se vincula a lo que ha sucedido con el átomo desde que Leucipo y Demócrito dieron inicio a la fi losofía atomística, justifi cando el interés del autor en colocar este texto en los senderos del pensar. Lo que comenzó en Grecia como una especulación orientada a explicar el mundo circundante a través de la indivisibilidad del átomo, su unidad, movimiento, oquedad y corporeidad tendrá al fi nal su sustento principal en la física. “Lo más bello es el átomo, el solo indivisible” (Jiménez en Harretche, 2006).
“¡Qué grande el mundo en paz; que azul tan bueno por el que puedo no gritar, puedo cantar, cantar y comprender y amar ¡ ¡Inmensidad en ti y ahora vivo , mi montaña, mi casi piedra, mi agua, mi cielo que abre y que separa el mar del cielo, el cielo de la tierra y abriéndoles y separándolos los diga más unidos y cercanos, llenando con o lleno la totalidad! Espacio y Tiempo y luz en todo yo, en todos y yo y todos” (Jiménez en Harretche, 2006). ¡Qué grande el mundo en paz!( Jiménez en Harretche, 2006). Las dos guerras mundiales y la guerra civil Española marcaron el tiempo vital del autor de este poemario y el mismo proceso de plasmación de los textos quiso tal vez recoger y proyectar la visión del mundo que conoció. “y esta New York es igual que Moguer, es igual que Sevilla y que Madrid. Puede el viento, en la esquina de Broadway, como en la Esquina de las Pulmonías de mi calle Rascón conmigo; y tengo abierta la puerta donde vivo, con el sol dentro” (Jiménez en Harretche, 2006).
