En torno a la asamblea de la OEA en RD

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MANUEL MORALES LAMASanto Domingo

La República Dominicana será sede de relevantes “actividades regionales” durante el año en curso (2016), parte importante de ellas vinculadas al ejercicio de la Presidencia Protempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que a nuestro país le corresponde desempeñar, de acuerdo a las reglas de rotación anual establecidas para los Estados miembros en esa institución.

Asimismo sucede con otras actividades relacionadas con la celebración de la V Cumbre de la CELAC, que se efectuará en enero del 2017, al término de esa responsabilidad.

De igual modo, ha sido programada en República Dominicana la Cuadragésimo- Sexta Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la que se ocupa básicamente el contenido de este trabajo. Cabe destacar que esa asamblea de la OEA, que se efectuará del 13 al 15 de junio de este año, tendrá como tema central “Fortalecimiento Institucional para el Desarrollo Sostenible de las Américas” (propuesto por el país anfi trión).

Es oportuno recordar, que es la segunda vez en el presente siglo que la nación dominicana asume el compromiso de ser la sede de una Asamblea General de la OEA. La vez anterior tuvo lugar en el 2006, en el segundo mandato presidencial del Dr. Leonel Fernández, y se trató de la XXXVI sesión ordinaria de la institución.

Entonces el Secretario General de la OEA era el Ex Canciller Chileno José Miguel Insulza (actualmente es el Ex Canciller Uruguayo Luis Almagro).

Según publicaciones de aquella época los trabajos de esa asamblea se realizaron en el “recién inaugurado Salón de Conferencias del MIREX”, edifi cado con tal motivación. El tema central escogido para dicha asamblea fue “Gobernabilidad y Desarrollo en la Sociedad del Conocimiento”.

Conviene precisar, que a través del Protocolo de Buenos Aires de 1967, la denominación de Conferencias Interamericanas se sustituyó por la de Asambleas Generales y se mantuvo la celebración de dichas asambleas fuera de la sede de la OEA. En igual sentido, el Artículo 44 del Reglamento de la Asamblea General de la OEA establece: “La Asamblea General determinará en cada período ordinario de sesiones, teniendo en cuenta los ofrecimientos hechos por los Estados Miembros, la sede del siguiente período ordinario, conforme al principio de rotación”. Sólo en casos excepcionales la asamblea se reunirá en la Secretaría General.

Actualmente la OEA reúne 34 Estados de las Américas y ha otorgado el estatus de Observador Permanente a 69 Estados, así como a la Unión Europea.

En lo concerniente a los objetivos de la OEA, su Carta (artículo 1) establece: “....Lograr un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia. Dentro de las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos constituye un organismo regional”. Reconociéndose, asimismo, su contribución en la evolución del Derecho Internacional en la región. Para lograr sus propósitos, la OEA se basa en sus principales pilares: democracia, derechos humanos, seguridad y desarrollo.

En cuanto al rol de la República Dominicana en su calidad de anfi trión, si bien es cierto que resulta fundamental que en la organización de estas actividades, sean realizados los esfuerzos necesarios para estar “a la altura de las circunstancias”, no es menos cierto que a nuestro país le corresponde la esencial responsabilidad de saber analizar técnicamente, y evaluar profesionalmente, el real signifi cado de su papel y los efectos prácticos que implica, en el sentido de identifi car con precisión las oportunidades, retos y riesgos dimanantes del ejercicio de esa esencial responsabilidad, para poder tomar las providencias de lugar. Obviamente nuestros representantes deben tener una efectiva participación en los debates y actuar “con pleno conocimiento de causa”, tanto en el tema central, como en los demás asuntos que se consignan en cada tópico de la agenda, contando naturalmente, con un consistente dominio de los fundamentos del Derecho Internacional contemporáneo, y de otros esenciales soportes que permitan asegurar una apropiada y digna participación del país.

Es justo reconocer, que República Dominicana lleva dos décadas de intensa experiencia en la organización de tales actividades, puesto que a partir de 1996 (siendo Canciller Eduardo Latorre, en el primer mandato de Leonel Fernández) hubo un cambio radical en cuanto a la prioridad que debían tener los asuntos internacionales como política de Estado, y ha sido a partir de entonces sede de diversas actividades que ampliaron los horizontes y dieron una nueva dimensión a los esfuerzos internacionales del país.

Por su estrecha vinculación con lo precedentemente señalado, debe fi - nalizarse con la interesante valoración contenida en didácticas exposiciones del Canciller de la República, Arquitecto Andrés Navarro, en que señala: “Luego de haber recibido la Presidencia Pro-témpore de la CELAC, la República Dominicana será, durante el 2016, la capital de América Latina y el Caribe”, hecho que conjuntamente con la organización de la próxima asamblea de la OEA permite vaticinar, “que el 2016 será el año del brillo de la diplomacia dominicana”.

Al tiempo que el Canciller Navarro proyecta la “nueva política de relaciones exteriores”, que implementa con esmero.

EL AUTOR ES EMBAJADOR DE CARRERA Y CONSULTOR INTERNACIONAL

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