Coyuntura económica y electoral de EEUU

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DARIS JAVIER CUEVASSanto Domingo

Las políticas económicas de orientación neoliberal que se aplicaron en la década de los 80s fueron, sin lugar a dudas, la base sustantiva que sirvieron de impulso de una nueva fase de la globalización de la economía desde los inicios de la década de los 90s. Este proceso de globalización fue más notorio a finales de la última década del siglo XX porque el comercio exterior entró en una etapa de auge de tal magnitud que se convirtió en el soporte del crecimiento económico mundial, así como ser la plataforma de la recuperación de la economía.

Es irrefutable que la apertura que muchos países aplicaron a su política comercial fue determinante para que la globalización avanzara, en particular lo relativo al desmonte de las barreras arancelarias sobre los bienes de origen industrial, similar estuvo la innovación tecnológica y la denominada deslocalización de la producción, esto es, la terminación de un producto con bienes intermedio fabricado en diferentes países, que se convirtió en gran dimensión en la propagación del fenómeno de la globalización donde las grandes economías lograron mayor ventaja, resaltando EEUU.

En efecto, la economía de EEUU puede calificarse como una de las que mayor beneficio han recibido del proceso de globalización si tomamos en consideración que el auge de este fenómeno ha impulsado la contracción del protagonismo que mantenía en la economía mundial la unión europea, generándose una desviación desconocida de donde ha surgido una competencia entre la economía de EEUU y la economía de China como líder del grupo de economía emergente. A pesar de que en materia de integración, la unión europea avanzó bastante con la unión monetaria.

El auge de la globalización, sustentada en la tecnología, permitió a la economía de EEUU disfrutar de ocho años de expansión económica a un ritmo de entre 3,1% y 5%, lo que catapultó a Alan Greenspan como uno del más respetable presidente del Banco Central, desde su designación permaneciendo hasta el 2006. La política monetaria impulsada por Greenspan descansaron en la desregulación del mercado financiero bajo la creencia de la autorregulación, fruto de lo cual se derivaron múltiples burbujas como la tecnológica, la burbuja inmobiliaria, los punto com, la aparición de los bonos basura y de la titulización, es decir, la transformación de derechos de crédito para ser negociados como títulos de renta fija que también fueron conocidos como los CDO, o Collaterised Debit Obligations.

Este contexto construido con la ejecución de la política monetaria y la desregulación, provocaron la intervención del gobierno de EEUU en el sistema financiero para evitar su colapso, en 1989, con un costo de rescate de US$125,000 millones, política esta que aceleró el incremento en el déficit fiscal y el endeudamiento público y privado de USA.

Este cuadro especulativo en que cayó la economía de EEUU desde el inicio de la primera década del siglo XXI, crearon la base para la presencia de una crisis económica financiera que explotó en el primer trimestre del 2007, cuyo epicentro fue el gigante del norte, con una duración del 2008-2013, convirtiéndose en una crisis global, cuyo rescate representó US$700.000 millones destinados a adquirir los activos de mala calidad de los bancos, equivalente al 5% del PIB de Estados Unidos.

La crisis financiera iniciada en el 2007, construyó una coyuntura económica en EEUU muy desfavorable, que en términos electorales viabilizó el éxito político para que Barack Obama sea electo presidente de USA y, por ende, un cambio de partido en la administración del gobierno norteamericano. En adición, Obama heredó una economía en recesión y ocho años después la deja en recuperación con crecimiento, lo que se puede interpretar como su gran éxito político y económico que, sin lugar a dudas, repercutirá en las elecciones de noviembre 2016.

Frente a las elecciones de EEUU, se presenta una coyuntura económica y electoral muy importante, pero en sentido contrario al 2008, ya que esta vez no existe una crisis económica y la economía crece, recuperando su patrón de crecimiento sobre el 2%. Hay que resaltar que cuando una economía entra a una crisis con la dimensión de la del 2007-2013, las medidas de política macroeconómica tienen consecuencias impredecibles y el éxito con que se superó la misma ha creado un referente invaluable y que reenfoca los criterios de salvataje de crisis bancaria y establece nuevos juicios en la teoría económica convencional.

En virtud del predominio del bipartidismo en EEUU, todo parece indicar que los Demócratas presentarán como carta de triunfo a Hillary Clinton; en tanto, los Republicanos se inclinarán por Donald Trump. El enfrentamiento de estos dos candidatos coloca en el centro del debate un tema crucial para la economía norteamericana como lo es el tratado de libre comercio ya que la señora Clinton concibe que estos han de preservarse y ampliarse, en tanto, el señor Trump plantea su eliminación sin explicar las razones, algo que parece no compartir el establisment de Washington, dado los beneficios y ventajas que han arrojado los tratados de libre comercio impulsado por USA, lo que proyecta un enfrentamiento sobre la visión de mercado en la democracia liberal, en ese pais.

El autor es economista.

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