EL ROEDOR

José Martí le escribe a Obama (120 años después)

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Aristófanes UrbáezSanto Domingo

1.-*En más de 150 artículos la columna de “El Roedor”, ha establecido que todos los terroristas, de izquierda, de derecha; sean bandidos o díscolos, son un asco de la humanidad. Ni apoyo, ni cometo ni acepto la muerte de inocentes. Los que hacen eso, se colocan por encima de las leyes de Dios, y la Tabla de Moisés: “No matarás”, y del Enviado: Jesucristo. “Yo soy el camino la verdad y la vida, nadie llega al Padre si no es través mío; lo que hagáis a los más indefensos y débiles, me lo estáis haciendo a mí; el reino de los cielos es para los que son como ellos”. Todos somos iguales ante los ojos del Señor; el pecado y el afán de lucro nos han separado en ricos y pobres; por eso, como dijo el Papa Francisco el Viernes Santo, estamos llenos de temerosos y de Poncio Pilato, “lavándose las manos”. (a.u.).

*2.- SOTO JIMÉNEZ, mi Gral. (***), Historiador, debe saber que Pipino III, el Breve, no tuvo nada de “breve” y fue el padre de Carlomagno. Lo que yo le pudiese sugerir en ese sentido, conociendo su prosa dialéctica y su profundidad, sería un atrevimiento de mi parte; pero en algún momento de la historia alguien puede volverse no “breve”, sino algo más insignificante. (a.u.).

3.- *Quien, ejerciendo su sagrado derecho a expresarse (hay que cuidar la pluma), ignore que Occidente, como le llaman los cultos, ha sido edificado sobre millones de cadáveres de indios, norte, centro y suramericanos (zambos y mulatos); de negros africanos, nativos de Filipinas, Australia, Hawai, Indonesia, Malasia, India, China, Vietnam, celtas, iberos, tartesios, ligures, judíos, árabes, kurdos, egipcios, mulatos, coreanos, japoneses, gitanos, eslavos, etc., etc., que suelte la pluma y se coma su burundanga, o si no, yerba cualquiera, que siempre será mejor y más valiosa que él. Más los millones de animales de todas las especies. (a.u.).

4.- JOSÉ JULIÁN MARTÍ PÉREZ, o José Martí, como conocen todos al “Apóstol de la Independencia de Cuba”, como lo conocen todos, le escribió una carta el 18-5-1895, a su amigo íntimo José Mercado, que por motivo del reciente viaje del presidente Obama a Cuba, donde lo mencionó, no está demás que reproducir para aclaración del tema: “Sr. Manuel Mercado. MI HERMANO queridísimo. Ya puedo escribir, ya puedo decirte con qué ternura y agradecimiento y respeto lo quiero, y a esa casa que es mía y mi orgullo y obligación; ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber --puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlosóde impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin”.

“Las mismas obligaciones menores o públicas de los pueblos -como ése de Ud. y mío,-- más vitalmente interesados de evitar que en Cuba se abra, por la anexión de los imperialistas de allá y los españoles, el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América del Norte revuelto y brutal que los desprecia, --les habrían impedido la anexión ostensible y ayuda patente a este sacrificio, que se hace en bien inmediato de ellos”.

“Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas: mi honda es la de David. Ahora mismo, pues días hace, al pie de la victoria con que los cubanos saludaron nuestra salida libre de las sierras en que anduvimos los seis hombres de la expedición catorce días, el corresponsal del Herald, que me sacó de la hamaca en mi rancho, me habla de la actividad anexionista, menos temible por la poca realidad de los aspirantes, de la especie curial, sin cintura ni creación, que por disfraz cómodo de complacencia o sumisión a España, le pide sin fe la autonomía de Cuba, contenta sólo de que haya un amo, yanqui o español, de oficios celestinos, la posición de prohombres” (Sigo. Hortensia Pichardo, “Lecturas para jóvenes”, Editorial Gente Joven, La Habana, Cuba, 1981).

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