Tiempo Para el alma

En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo: Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, estaba a la mesa a su derecha. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó, Señor: ¿quién es?”.
Juan 13: 21-25.
¿Seré yo, Señor, quien con mis acciones te entrego, te niego, te vendo? ¿Seré quien busca ventaja a costa de tu nombre? ¿Seré quien olvida todo lo que me has enseñado y me dejo comprar por los que buscan destruir tu obra? ¿Seré esa persona inmensamente débil y vulnerable a la manipulación de tus enemigos? ¿Seré, mi Jesús, ese ser despreciable que se oculta en la sombra mientras sufres por todos, por mí? ¿Seré yo quien salga corriendo revolcando mis angustias y remordimientos en vez de ir a tus pies con un corazón humillado arrepentido a pedir perdón? Jesús, dame de tu fuerza para vencer mis propias miserias.
Amén.