IDEANDO

Una era light

Esta es la era del conocimiento, pero también es la era de la simulación.

Una era donde la vida no se vive, se representa, como dijo Guy Debard en su libro sobre el espectáculo. Las marcas se imponen y seducen al precio que sea. Mas allá de su utilidad, más allá de su real necesidad, más allá de su importancia.

Prevalece el valor simbólico de las cosas y lo que representan en términos sociales.

Vale más aparentar que ser. El lujo de lo que se tiene y se exhibe supera la integridad humana y la calidad del ser.

La honorablidad de la gente está determinada por códigos matemáticos: dónde vives, cómo vistes, en qué vehículo andas, qué lugares frecuentas, con quién te juntas, a qué club social perteneces, etc. Esta es la filosofía de vida de estos tiempos. Es un código para la obtención de status y para merecer privilegios.

La apariencia es hoy una pandemia de banalidad y plasticidad. La estatura social se establece a partir de los prejuicios. “se prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad”.

El alienado se viste de gloria y reclama su espacio social para lucir su oropel. Y allí, orondo, deja ver su teatralidad, vacíos y falsedades. La fascinación de hoy es por lo light: literatura light, pensamiento light, temas light, ideales light, etc.

Vivimos hipnotizados y fascinados por la apariencia de las cosas, por lo que ellas significan y nada más.

Lamentablemente, vivimos una era light.

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