Tiempo para el alma

“Algunos de los escribas se dijeron: ‘Éste blasfema’. Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: ‘¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: Tus pecados están perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados -dijo dirigiéndose al paralítico-: Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa’. Se puso en pie, y se fue a su casa”. Mt. 1: 3-7.
En las cosas de Dios, no todo tiene lógica razonable; no todo tiene explicación comprobable. Dios nos habla a través de su palabra. Jesús nos dejó una guía sobre cómo vivir la fe, honrar a Dios y buscar en paz espiritual el camino de salvación. Siempre será difícil, por ejemplo, abandonar la Ley del Talión y poner la otra mejilla, o entender cómo con decir “levántate y anda” alguien puede recuperarse; mucho más difícil aún asimilar que “con solo tocar su manto” una mujer quedar sana. No le busques la lógica, no la tiene; y si te vas detrás de ídolos humanos, nunca olvides que ellos son simplemente una expresión de la imperfección humana.