IDEANDO
Oportunismo político
Es un síndrome extraño. Es una tendencia patológica que deja ver el oportunismo de muchos. Es una comportamiento común en estos tiempos.
Ahora resulta que todas las cosas que se hacen o se piensan hacer en Santo Domingo Este se inspiran en Juan de los Santos.
Los que aspiran a dirigir esta alcaldía confiesan que lo hacen para “honrar” la memoria de Juan de los Santos.
También el carnaval de este municipio ha sido a la memoria suya. Todo está inspirado en Juan de los Santos. Este delirio por tan célebre alcalde, ido a destiempo, despierta mucha curiosidad, pues algunos observadores señalan que muchos de los que hoy son devotos de su figura, ayer eran rabiosos adversarios del mismo.
Lo cierto es que los difuntos políticos de nuestro país son utilizados como plataforma para sustentar carreras, impidiendo que estos descansen en paz y tengan tranquilidad eterna. Sus nombres resucitan cada cuatro años para apoyar a todos los que no tienen valores para sustentar sus aspiraciones. Todavía hay políticos reformistas que su amuleto es Balaguer. Todas sus acciones tienen como leitmotiv el Dr. Balaguer. Se inspiran en él para discursear, para pensar, para fundamentar sus ideas, para hacer política y proyectar su imagen.
El Dr. Peña Gómez no escapa a este síndrome. Hasta hace poco, su rostro, su discurso, su pensamiento, sirvieron de plataforma para la publicidad de muchos de sus seguidores.
Lo mismo podemos decir de Juan Bosch. Duró un largo tiempo en que muchos vividores de las famas ajenas, de tanto arroparse con su imagen con fines electoreros, terminaron hablando como él.
De esta rancia y banal tendencia no se ha salvado nadie. Aquí hay mucha gente que aspira a construir su fama por asociación o proximidad con los grandes nombres que le antecedieron y brillaron.