Programa, programa, programa

A mediados de marzo, faltan solo poco más de dos meses para las elecciones nacionales. Los partidos dominicanos han articulado prácticamente todas sus candidaturas, al margen de la democracia interna, un método inusual: LA ENCUESTA.

Cubierta la etapa de rebatiñas prolongadas y descontentos, la campaña electoral llega ahora al momento crucial de proponer, difundir y motivar los respectivos programas de gobierno que sustentan las aspiraciones de TODOS los candidatos.

De TODOS, los/as candidatos/as, porque aun cuando el programa que normará la acción nacional del gobierno será el que presente el candidato presidencial, a los alcaldes para sus municipios, y con compromisos contenidos en las propuestas de los candidatos a Senadores y Diputados, completan el cuadro de información para los electores, señala el rumbo del proyecto de nación que se sustenta.

Centrar la campaña en el debate de ideas de propuestas, de soluciones a los múltiples problemas nacionales, seria, espero que lo sea, una “cura de salud” para la política, que ha ido perdiendo crédito por culpa de muchos políticos, de sus travesuras y trapisondas, también, y por superficialidad del debate electoral.

Devolver a la política su carácter de ciencia, de arte también, a través de la presentación y defensa de programas bien pensados, definidos con propósitos planteados mejoraría la imagen que se tiene de nuestros políticos, la sociedad podría confiar de nuevo, en nosotros, y producir por fin esa empatía, la sinergia que la democracia requiere para ser expresión de alianza entre la ciudadanía y los partidos políticos.

La Tesis del Gobierno Compartido de José Francisco Peña Gómez planteaba esa articulación, yo la defino como una alianza de sectores y actores sociales con el Estado para promover, formular y ejecutar a programas que se orienten hacia la inclusión, la cohesión social, a través de la aplicación de políticas públicas.

Peña Gómez solo pudo dejar su Gobierno Compartido en un programa intenso, que intentó ensayar en su gestión en la Alcaldía de Santo Domingo. Pero el espíritu radicalmente democrático del “Gobierno Compartido” está presente en el programa del Candidato Presidencial del PRM, Luis Abinader.

Los ciudadanos lo irán conociendo y apreciando en los próximos días, e irán descubriendo que cando se aplique ellos no serán “soberanos” solo por un día, el de las elecciones. Pasarán a ejercerla plenamente a lo largo de todo el periodo de gobierno, les confiere la Declaración de los Derechos Humanos, y hasta nuestra Constitución remendada, la soberanía verdadera reside en el “pueblo” y al pueblo la volverá cuando llegue al poder el PRM.

Así se lee, así se percibe desde su encabezamiento el programa de gobierno que postula mi partido: “empoderamiento ciudadano” en la visión de Luis Abinader, en que interpreta fielmente junto al equipo que encabeza el excelente economista y ciudadano que es Miguel Ceara Hatton, en la versión del siglo XXI nos abre las “ventanas de la esperanza” de Peña Gómez y su gobierno compartido, ese que fue soñado por Peña Gómez. El Programa de Gobierno 2016-2020 del PRM conferirá a los 60 días que quedan de campañas, la dignidad y pedagogía política.

Dejando atrás, ¡por fin!, la rebatiña de las alianzas y las aspiraciones individuales, el PRM le ofrecerá a la ciudadanía la oportunidad de repensar sus problemas, sus necesidades sentidas, y analizar las soluciones que el candidato presidencial Luis Abinader se compromete a ejecutar a partir de agosto de este año.

Aceptar como buenas y válidas las propuestas de este programa conlleva decisión de cada ciudadano/a de asumir, junto al partido y el candidato que lo plantean, el compromiso de convertir las palabras en acciones.

Porque el “empoderamiento ciudadano”, consiste en la participación, en la ejecución y la veeduría de las políticas gubernamentales. Eso es un impulso poderoso para a la democracia participativa, hecha de carne y hueso populares, gobierno y ciudadana de bracete.

Desde el debate durante la campaña, hasta su aplicación cuando gane el PRM, el Programa “Empoderamiento Ciudadano” aportará elementos nuevos: el anquilosado sistema de partidos de nuestro país en un instrumento que incita a la toma de conciencia a asumir responsabilidades, a rechazar el clientelismo, a reclamar y a ejercer, derechos. Este programa, el del PRM, es un testimonio de que quienes lo formulan, y los que votaremos por él, creemos en las capacidades de nuestra gente, para comprenderlo y asumirlo como suyo, y confirmar como un NUESTRO.

Mientras, pues, el Nuevo Rostro del CAMBIO.