Los dos son peores

Estados Unidos se encamina a uno de los procesos electorales más peculiares de su historia contemporánea: van pasando los días, las semanas, los meses, y todo indica que salvo cambios bruscos o acontecimientos extraordinarios, los nominados por demócratas y republicanos serán Hillary Clinton y el magnate Donald Trump.
Esa no es buena noticia para el mundo.
Y, obviamente, tampoco para los dominicanos.
Porque en cualquier caso los dos son peores... Si Hillary es mala, Trump es malísimo.
Hillary es mujer de largo recorrido, coraje y preparación que activa en política desde que era estudiante de Derecho en la Universidad de Yale.
Como primera dama rompió los moldes tradicionales del “ama de casa” para convertirse en pieza importante en la gestión de su esposo Bill Clinton, quien delegó en ella la delicada tarea de reformar y universalizar el sistema de salud estadounidense.
Pero su primer tropiezo llegó cuando el “Health Security Act”-- mejor conocido como “HillaryCare”--, fracasó a los pocos meses entre las intrigas de un Congreso Demócrata y la falta de apoyo de la Casa Blanca.
Luego vinieron otros traspiés como fueron los escándalos Whitewater y Lewinsky...
… Su inconsistente récord de votación como senadora por el Estado de Nueva York y la derrota ante Barack Obama en las primarias demócratas del 2008 --que le sacan en cara ahora sus adversarios--, se suman al escrutinio de su errático desempeño como secretaria de Estado durante el período 2009-2013.
Ninguna de esas sacudidas, sin embargo, han logrado detener su carrera política, que se encuentra a las puertas de su gran sueño: convertirse en la primera mujer en alcanzar la Presidencia de los Estados Unidos de América.
En nuestro caso, como país, los dominicanos tenemos un grave problema con la señora Clinton y su marido debido a la coyuntura que viven nuestras relaciones con Haití: la fascinación de los esposos Clinton por los vecinos está consignada en los libros sobre sus respectivas vidas, donde narran estampas de su luna de miel en ese país y cómo una ceremonia vudú los marcó para siempre.
Y si sólo fueran encantos y hechizos de enamorados, no pasara nada; el problema es que los Clinton tienen muchos intereses en Haití… Por eso nos conturba la posibilidad de que Hillary ocupe el Despacho Oval cuando la República Dominicana es víctima de una campaña internacional para debilitar sus fronteras físicas y jurídicas y ampliar el “efecto pivote” que quieren que juegue el país para facilitar la descompresión social del vecino mediante el aumento de la migración hacia este lado de la isla...
… Esa es la única “política” que tiene la irresponsable comunidad internacional hacia Haití. Y de esa barbaridad es cómplice la aspirante norteamericana a la Casa Blanca.
Bill, su esposo, fue designado por el presidente Obama cabeza de la comisión para la reconstrucción de Haití tras el terremoto que devastó Puerto Príncipe en enero del 2010. Pero el ex presidente ha sabido utilizar ese cargo para ampliar y consolidar sus intereses en ese país.
La pareja Clinton se ha involucrado a todos los niveles en Haití. La Fundación Clinton y sus relacionados aparecen por todos lados: contratos de reconstrucción, concesiones eléctricas y de telecomunicaciones y establecimiento de zonas francas comerciales o industriales ---incluidas las contempladas en el Plan Binacional Quisqueya-- - son sólo algunas de las iniciativas de negocios donde fi guran de frente o de forma soterrada… Sus tentáculos son tan largos que un hermano de Hillary, Tony Rodham, funge como consejero de la empresa VCS Mining, que explota la principal reserva de oro de Haití.
Por tanto, con la fascinación y todos los intereses que tienen los Clinton en Haití, es fácil inferir el rol que tendría la Casa Blanca en las relaciones dominico- haitianas si Hillary alcanzara la presidencia de los Estados Unidos… Lo malo es que la otra opción electoral es aún peor… Quien se perfi la como alternativa del lado republicano es un troglodita, un autentico energúmeno, xenófobo y machista, soberbio y petulante; con un ego del tamaño de su fortuna, sin nada en la cabeza más allá del peluquín y su ridículo peinado y con posiciones que cambian más que el valor de las acciones en Walt Street… …Un perfecto imbécil que cree que puede enfrentar el terrorismo matando a las familias de los yihadistas o impidiendo la entrada de musulmanes a los Estados Unidos; o que puede frenar el tráfi co de drogas y la migración con un muro fronterizo… Que, brabucón y desconectado de la realidad, también amenaza con “obligar” a México a pagar su altísimo costo.
Pero, además, Donald Trump es el único republicano que no vencería a Hillary en las elecciones de noviembre… Y eso es casi tan malo como todos los defectos de este bufón de vodevil.
Por tanto, sólo queda esperar que alguno de los tres candidatos que quedan en la carrera o la cúpula partidaria puedan detener a Trump antes o durante la Convención Nacional Republicana...
Cualquier otro sería un mal menor para la República Dominicana… Tanto el moderado Kasich, como los conservadores y recalcitrantes Rubio y Cruz, son inmensamente menos malos que Trump… Pero, además, cualquiera de ellos podría vencer a Hillary… Y, de entrada, no representarían ningún peligro para la supervivencia de esta pequeña nación.