CON MIS OJOS
El miedo a la “agenda gay”

Me confieso fastidiada con la facilidad de espanto que tenemos en este pedazo de isla cada vez que surge el tema de las minorías y sus más que probadas desventajas. Ahora el gran “cuco” es la mal llamada “agenda gay”, que no es más que la voluntad política expresa, acompañada de presupuesto, del gobierno de Barack Obama de apoyar iniciativas que cierren las brechas que impiden a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (eso es LGBT) vivir y desarrollarse en paz en sus sociedades sin tener que esconderse para poder acceder a las mismas oportunidades que los heterosexuales.
Es el mismo afán cuando los ultraconservadores del patio se refieren a la satanizada “agenda de género”, el otro monstruo peludo que, hablémoslo claro, no es más que la osadía de las mujeres de querer ser tratadas como personas enteras, no pedacitos dependientes del padre, el marido o el hombre que tengan más cerca. Ese deseo de autodeterminación de la mujer encuentra de frente siempre el más visceral rechazo en sociedades atrasadas en las que los hombres no quieren ceder poder, creen que las mujeres son su propiedad -y las matan cuando sienten que las pierdeny el 27% de las adolescentes tiene hijos, muchas veces de hombres muy machos y adultos que condenan a esas feministas que -como ahora los LGBT- “amenazan” con cambiarnos la cultura.
Pues si la transformación cultural implica no obligar a los hombres a tener varias mujeres para ser bien machos, no forzar a las mujeres a estar subyugadas aunque tengan más preparación, y no acosar a los LGBT por su preferencia sexual, ¡bienvenido el cambio! ¿O es que no somos una sociedad globalizada, que busca entrar de lleno a la era digital? ¡Dejémonos ya de doble moral que en este país hay problemas de verdad!