Cuña del PRM

Si algo no pensaron el candidato Abinader y los estrategas del PRM, fue que al sacar de juego al agrónomo Héctor Guzmán, fundador de la organización nacida del PRD y vocero de Hipólito Mejía, dejaban con manos y boca libre a una cuña del palo que más temprano que tarde les daría alguna agua a beber. En efecto, conocedor de detalles y de movimientos internos a los que ahora, de retorno al partido blanco y cuando la encuesta Greenberg de ayer presenta a Danilo con 55% en las preferencias y a Luis con 34%, el activo dirigente no se queda atrás y comienza a sacarle filo a los elementos que maneja. De entrada, Héctor (para sus íntimos, Rafa), dijo en mi programa “Sondeo”, por los canales 22 y 52, que el proyecto presidencial de Abinader ya colapsó, como consecuencia del trauma provocado por el incumplimiento y el despojo de candidaturas en todo el país, en algunos de cuyos casos los aspirantes gastaron hasta 5 millones de pesos y han quedado en ruina. Y a propósito de las críticas de Luis y el PRM por el caso Joao Santana, en justicia en Brasil, Guzmán reveló que Abinader le encomendó contactar a JJ Rendón para que lo asesora, el mismo señor que en Colombia ayudaba al presidente Santos en la campaña y debió renunciar tras verse envuelto en un escándalo. ¿Monto solicitado -y no dado, finalmente-?: Cinco millones de dólares. Un dato más trascendente de los aportados por Héctor Guzmán es el que los mexicanos que asesoran al candidato del PRM le dijeron, de inicio, que no veían viable el proyecto y que había que trabajar por un posicionamiento, pero a futuro. Y le hicieron una salvedad: debe tenerse resuelta (a diciembre, que ya quedó muy atrás) la escogencia de todas las candidaturas y trabajarse para alcanzar un posicionamiento, a la misma fecha, de un 40% (¿), ninguna de las dos cosas logradas. NOTA: Hay la idea de que en vez de Luis traer al ex alcalde Rudolph Giuliani para que lo asesorara en materia de control de la delincuencia, debió traer a quienes el ahora visitante buscó para que lo asesoraran y aplicaran el famoso plan en la ciudad de Nueva York, y para lo que les pagó, George Keling, autor de la tesis de “La ventana rota”, y Howard Dador, comisionado de la Policía.