EN LA RUTA
Danilo y Leonel
La situación que se advierte a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) reclama de un encuentro urgente entre el presidente de la República, Danilo Medina Sánchez y el presidente de la organización, Leonel Fernández Reyna.
Y es que más allá del disgusto que se siente en los litorales de ambos líderes, motivado inicialmente por el restablecimiento de la reelección presidencial y ahora acentuado por las aspiraciones de sus parciales a cargos congresuales y municipales, lo verdaderamente preocupante es la percepción de división que empieza a advertirse en el seno de la sociedad.
Esto así porque lo que antes se manejaba por lo bajo, con gestos, y truños propios de una pelea entre hermanos que a los pocos días replantean estrategias emocionalmente inteligentes sobre la base del mal menor, ha pasado a ser una especie de movilización de tropas con declaraciones abiertas.
Más que de carpintería, la conformación de la boleta oficialista apunta a convertirse en una labor de orfebrería que concilie y combine parte de lo firmado con Miguel Vargas y el Partido Revolucionario Dominicano, lo acordado con Leonel Fernández, y los espacios del bloque de partidos aliados. Pero eso es algo que se dice más fácil de lo que se hace, porque a la lucha de intereses parece sumarse la de egos y rencores. Es tanto que importantes figuras del Comité Político, otrora oráculo de mesura y arbitraje, ya han tomado parte del forcejeo en pos de sus pupilos.
Hay voces del leonelismo quienes reclaman que antes de establecer alianzas externas se debió compactar a lo interno, mientras que figuras del danilismo se quejan de alegadas conspiraciones soterradas en un debate donde frases como “brazos caídos” y “ganaremos sin ellos” se combinan con el peligrosísimo “ah po tú va a ve” que tantos fracasos ha producido. Por todo lo anterior se hace imperioso la primera de dos reuniones entre las principales cabezas del PLD para, que en la primera y solos, enderecen y redefinan las cosas, y en la segunda se den un abrazo público que desactive las maquinaciones y los oriente en una misma dirección.